El Banco Central de Reserva aún debe publicar oficialmente los datos, pero todos los datos apunta a una caída consecutiva producto del confinamiento.
Por El Salvador
Cuando termine septiembre El Salvador habrá acumulado seis meses consecutivos de caída económica lo que confirmará una recesión.
Conocido coloquialmente como un periodo de “vacas flacas”, esta recesión ha sido producto del cierre de miles de negocios que generó más de 85.000 despidos, redujo el consumo y a su vez deprimió la inversión como parte de un largo periodo de confinamiento que el Gobierno aplicó desde marzo.
Aunque el Banco Central de Reserva aún no publica los datos oficiales, de acuerdo con el expresidente de esa institución y presidente de la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (FUDECEN), Oscar Cabrera, estima que entre abril y mayo la producción económica cayó 13.7 % y para el tercer trimestre de julio a septiembre se proyecta que la caída será de -9.4 %.
La palabra “recesión” es el término formal que se le da a una economía que ha caído durante seis meses consecutivos.
El segundo trimestre (abril-junio) fue el más crítico por el cierre obligado de la economía. Desde ese mes todos los indicadores económicos (producción, exportaciones, remesas, ventas, consumo de energía, etc. ) cayeron estrepitosamente.
Cabrera recuerda que el 89 % del Producto Interno Bruto (PIB) lo constituye el consumo de los hogares y si estas personas fueron despedidas o su salario se redujo, esto provocó inmediatamente una caída económica.
Y desde ahí no ha habido recuperación. Pese a que la economía comenzó a abrir paulatinamente desde julio, las empresas no se recuperan. La Cámara de Comercio e Industria de El Salvador confirma que las ventas se mantienen al 50% y aún ahora hay negocios que no han podido abrir o recontratar a personal.
“La economía no ha parado de caer”, señaló Waldo Jiménez, gerente económico de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP). El indicador de la demanda de energía, que a julio todavía mostraba una disminución del 8 % le comprueba a Jiménez que la caída económica se mantiene.
Y afirma que esta se mantendrá por lo que reste de 2020 pues aún no se confirmado una vacuna contra el coronavirus y los salvadoreños tendrán que aprender a convivir con él.
Cabrera señala que en 2009, cuando se originó una crisis económica financiera, el país tardó cuatro años en recuperar el nivel de empleos que tenía en 2008, pero ahora, con esta recesión, es probable que El Salvador tarde hasta 10 años en recuperarse.
“Los gastos de consumo e inversión se recuperaron a los cuatro años. Ahora podemos tardar una década porque mientras la pandemia continúe, todos los países del mundo van a estar reduciendo sus canales comerciales”, explicó.
Manuel Enrique Hinds, exministro de Hacienda y analista económico, es más cauteloso al referirse a este término. Explica que aunque esta recesión es producto de lo que ya se había dado por seis meses, en realidad este no explica su profundidad ni su alcance en el tiempo. Puede que ahora se acumulen seis meses de una baja economía, pero al cierre del último trimestre del año (octubre-diciembre) esto cambie.
Rommel Rodríguez, economista de la Fundación Nacional de Desarrollo (FUNDE) también dice que hay que esperar a que el BCR publique los datos oficiales, pero cree que es casi seguro que los datos no superarán a los de crecimiento del año pasado (ver gráfico)
Eso sí, advierte que las instituciones públicas no tienen actualizadas la mayoría de sus datos, lo que es imprescindible para corroborar con estadísticas que ha habido una paralización económica.
Otras economías a nivel internacional también han confirmado que entran en recesión, como Japón, cuya economía cayó un 7.8 % entre abril y junio.
Según la economista Carmen Aída Lazo “se dice que una economía entra en recesión cuando ya registra una tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto negativa, de hecho la perspectiva del Banco Central de Reserva es que la economía este año va a caer entre 6.5 % y 8.5 %, todavía falta ver qué va a pasar en la última parte del año para saber cómo va a ser el impacto de la crisis”, detalló la profesional.
Según las estimaciones del Consejo Monetario Centroamericano, revelan que Costa Rica – 5 %, Guatemala -2.5 %, Honduras -3.4 %, Nicaragua -4.5 %, Panamá -3.2 y El Salvador -7.5 %, la región centroamericana -2.5 %.
“De acuerdo a estas proyecciones efectivamente El Salvador sería el país de la región con la mayor recesión para este año”, apuntó Lazo.
Lazo ilustró que la última recesión que hubo en el país fue la de la crisis financiera 2008-2009, cuando el PIB cayó cerca del 2.3 %.
Destaca que el impacto en la economía depende de variables que se pueden controlar como país, desde el punto de vista de las políticas públicas, y otras que son ajenas, en este punto está el nivel de reducción que experimenté la economía global, es algo sobre lo que no se puede tener incidencia.
“En lo que sí hay incidencia es en el clima de inversiones y de ahí la importancia que se tienen que hacer todos los esfuerzos para mandar señales de que debe haber un clima de inversiones que da certidumbre a los inversionistas que hay respeto al Estado de Derecho y a las reglas del juego”, destacó.
Agregó que la polarización y el deterioro de la situación fiscal del país también puede convertirse en una limitante para atraer inversionistas, señaló.
Hinds la secunda al decir que lo que se necesita para que haya una reactivación económica es que haya inversión, que haya confianza de establecer nuevos comercios o mejorar los que ya están, pero lamenta que en estos momentos las condiciones no estén dadas.