Los efectos colaterales de la Segunda Guerra Mundial y la fiebre anticomunista en Estados Unidos hicieron que la empresa se tambaleara con diversos lanzamientos cancelados.
Por EFE
De un pequeño estudio familiar de animación para niños a un multimillonario conglomerado mediático internacional: Disney cumple 100 años repartiendo magia a los más pequeños y asentada, según algunos expertos, como la «empresa de creaciones culturales más influyente del mundo».
Su dilatada historia se remonta al 16 de octubre de 1923, cuando Walt Disney y su hermano Roy O. Disney fundan The Disney Brothers para continuar produciendo la serie animada «Alice Comedies».
Hasta que en 1928 los hermanos Disney apuestan por un personaje con forma de ratón que cambiaría el destino de sus vidas y se colaría de lleno en la infancia de varias generaciones.
Primero bautizado como Mortimer, y más tarde como el conocido Mickey Mouse, el travieso animal protagonizaría la cinta «Steambot Willie» (1928), la primera caricatura sonora posproducida.
«Walt Disney siempre quiso ir más allá en términos de calidad. Creo que desde entonces y hasta hoy son innumerables los constantes ejemplos de grandes historias, innovación e increíble ingenio», afirmó Kevin Kern, uno de los archiveros que trabajan hoy en la renombrada como The Walt Disney Company, en una entrevista con EFE.
El reconocimiento del público al ratón hizo que Walt (Chicago, 1901) estrenara en 1937 «Snow White and the Seven Dwarfs» («Blancanieves y los Siete Enanitos», en español) -el primer filme animado de su repertorio-, que les permitió ingresar 1,5 millones de dólares, diez veces lo que habían invertido.
Fue tal su impacto en las arcas del estudio que la ganancias se destinaron a la construcción de su nuevo campamento base en la ciudad de Burbank (California), donde se mudaron en 1940 para avanzar en otros títulos que tampoco pasaron desapercibidos: «Pinocchio» (1940), «Dumbo» (1941) y «Bambi» (1942).
Segunda Guerra Mundial e influencia social de Disney
Sin embargo, los efectos colaterales de la Segunda Guerra Mundial y la fiebre anticomunista en Estados Unidos hicieron que la empresa se tambaleara con diversos lanzamientos cancelados e incluso una huelga sindical de 300 de los 800 animadores con los que Disney contaba en 1941.
La animación instrumentalizada para la causa bélica. Así fue el desarrollo de Disney durante unos años en los que la Marina de EE.UU. le pidió a Walt que creara películas propagandísticas, como «Victory Through Air Power», a cambio de un contrato que se cerró por 90.000 dólares y evidenció su poder para moldear mentes.
«Creo que se trata de la empresa cultural más influyente con respecto a los valores estadounidenses e intereses de este país que ha habido en toda la historia», opinó Robert J. Thompson, profesor de la Universidad de Siracusa (EE.UU.) y fundador del Centro Bleier para la Televisión, a EFE.
El final de la contienda allá por 1945 trajo consigo nuevas cintas como «Treasure Island» (1950) o «Cinderella» (1950).
Televisión y parque temático: el inicio del conglomerado
Para entonces la televisión se presentaba ya como un formato idóneo donde emitir algunas de las obras de Disney o cápsulas publicitarias que la compañía utilizó en las cadenas ABC, NBC o CBS para promocionar su primer parque temático Disneyland, ubicado en Anaheim (California), que abrió sus puertas el 17 de julio de 1955.
El estudio de los hermanos Disney comenzaba cada vez más a parecerse a un conglomerado de medios con diferentes perspectivas empresariales que abarcaban el cine, la televisión y los lugares recreativos.
Sin embargo, un cáncer de pulmón acabaría en 1966 con la vida de Walt, de 65 años, y con la de su hermano Roy tan solo un lustro después debido a una hemorragia cerebral.
La empresa pasó a estar encabezada por diferentes personalidades que habían ocupado cargos de alta responsabilidad durante la administración de los hermanos Disney y consiguieron hacer que la popularmente conocida como «Casa del Ratón» preservara sus valores y continuara creciendo.
Una filosofía que, según dijo a EFE el también archivero César Gallegos, se mantiene hoy entre todos sus trabajadores como una suerte de «magia» que se materializa en una «impresionante ética de trabajo».
El inicio de la saga «Star Wars» (1977), el lanzamiento de «The Little Mermaid» (1989), la distribución de sus cintas en VHS o la apertura de Disneyland París en 1992 fueron algunos de los hitos de la compañía en las décadas posteriores.
La empresa anunció en 1995 Capital Cities/ABC Inc. por 19.000 millones de dólares, por entonces la segunda adquisición corporativa más grande de la historia de EE.UU., por la que pasó a ser accionista mayoritaria de la cadena ABC y el servicio de deportes ESPN, entre otros segmentos.
El sello distintivo de las grandes historias
El magnate neoyorquino Bob Iger se ha mantenido en diferentes etapas al frente de la compañía desde 2005, incluido actualmente como consejero delegado.
Bajo su gestión, la firma se ha asentado como un imperio de medios del que han salido en los últimos años exitosas franquicias como «Pirates of the Caribbean» y películas como «WALL-E», ganadora del Óscar a mejor filme animado.
En 2019 se hizo con los activos de 20th Century Fox por 71.300 millones de dólares, la mayor adquisición en la historia de Disney, y abrió su servicio de «streaming», llamado Disney+, ese mismo año.
Sin embargo, 100 años después, con presencia en todo el mundo, lucrativos productos de «merchandising», una plantilla de aproximadamente 220.000 empleados, ingresos anuales de más de 82.000 millones de dólares, la incorporación de productoras como Lucasfilm o el sello audiovisual de Marvel, a Disney la siguen diferenciando sus historias.
«Mickey Mouse es tan divertido hoy como lo era cuando fue creado a finales de 1920», sentenció el archivero Kevin Dern.
Ese «sentido de atemporalidad» que convierte en «cautivadoras» sus narraciones, según comentó a EFE el productor Peter Del Vecho («Frozen»), con el que coinciden quienes han trabajado en la «Casa del Ratón» y quienes vuelven a sentirse niños cuando ven de nuevo una de sus películas o pisan alguno de sus parques temáticos.