La digitalización de las remesas no sólo esta mejorando la experiencia de los usuarios, sino que les permite tener el control.
Por Daniel Rosales
Los efectos de la pandemia de Covid-19, retos geopolíticos, y una creciente digitalización ha hecho que las remesas internacionales aumenten de forma constante a nivel mundial. Así lo revela el más reciente estudio de Mastercard y PCMI.
De acuerdo con el Banco Mundial (BM), en 2022 en América Latina, las remesas formales alcanzaron un total de US$146.000 millones en la región, más del doble que hace una década.
Por su parte, para las economías centroamericanas, las remesas son motores centrales de crecimiento y prosperidad compartida. Según el BM en 2022 éstas representaban 27%, 24% y 20% del PIB de Honduras, El Salvador y Guatemala, respectivamente. En Guatemala se estima, por ejemplo, que las remesas son la principal fuente de ingresos para al menos 1 de cada 3 hogares, mientras que, en Honduras, cerca de 50% de todos los hogares reciben remesas.
Kiki del Valle, Presidenta Divisional para Latinoamérica Norte en Mastercard, explica que las remesas no sólo ayudan a reducir los niveles de pobreza (al aumentar los ingresos de los beneficiarios), sino que también promueven su resiliencia financiera ante gastos imprevistos o crisis económicas. “Estas ofrecen, además, la posibilidad de abrir cuentas de ahorro o de invertir los fondos adicionales en el fortalecimiento y expansión de pequeñas y medianas empresas. Por tanto, las remesas tienen un enorme potencial para detonar la inclusión financiera y el crecimiento económico en Centroamérica y el resto de la región”.
Retos de enviar y recibir remesas
Según el estudio, el costo —ya sea relacionado con las comisiones o con un tipo de cambio desfavorable— suele ser la principal barrera que identifican los consumidores. En 2022, el costo promedio de enviar remesas a nivel mundial fue de 6.3% —más de tres puntos porcentuales por encima del objetivo del 3% establecido por las Naciones Unidas.
“Esta diferencia es importante, pues si se alcanzara el objetivo del 3%, las familias que reciben remesas se ahorrarían un monto estimado de US$ 20 mil millones al año; recursos adicionales que podrían destinar a la educación de sus hijos, la mejora de sus viviendas o el crecimiento de sus negocios, entre otras necesidades”, explica Del Valle.
Un factor que contribuye de manera importante a este costo elevado es la prevalencia del efectivo. El mismo estudio de Mastercard y PCMI señala que, en 2023, 55% de las transacciones de remesas en América Latina se hicieron con efectivo. La oportunidad es aún mayor en México, Centroamérica y el Caribe, donde las remesas digitales representan apenas 30% del total.
“A ello se suman retos particulares de la región centroamericana, incluyendo un alto porcentaje de población no bancarizada (en Guatemala, Honduras y El Salvador se estima que menos de 60% de la población tiene acceso a cuentas financieras), falta de confianza y limitada experiencia o desconocimiento de nuevas tecnologías”, agrega.
Hacia la digitalización de remesas
Según la investigación, la digitalización de las remesas no sólo esta mejorando la experiencia de los usuarios, sino que les permite tener el control: por un lado, pueden elegir el destino de su dinero, ya sea a una cuenta bancaria, tarjeta, billetera digital o efectivo; y por el otro, pueden elegir el método de pago que más les convenga, incluyendo efectivo, tarjetas de débito o crédito, billeteras, o criptomonedas.
La empresa global de tecnología en la industria de pagos está fomentando alianzas estratégicas con todos los actores del ecosistema, incluyendo instituciones financieras, Fintechs, gobiernos y comercios, para fomentar la innovación e impulsar la digitalización de las remesas.
“Con la plataforma Mastercard Move, se hace posible que el dinero se mueva de forma rápida y segura a nivel doméstico e internacional, llegando a más de 10 mil millones de puntos finales, incluyendo puntos físicos y billeteras digitales, entre otros. Los servicios de Mastercard Move abarcan a más de 180 países y más de 150 monedas”, explica.
Con esta nueva tecnología se toma en cuenta desde verificación de identidad y verificación de pagos digitales que permiten a los clientes velar por sus transacciones de manera segura.
“Nuestro compromiso es seguir trabajando para ayudar a la industria de remesas a alcanzar su máximo potencial en la economía digital, a la vez que garantizamos que se mantengan los más altos estándares de seguridad y conveniencia, así como el mayor número de opciones posibles para los usuarios”, concluye Del Valle.