La mayoría de las personas que operan en el mercado de las criptomonedas lo hacen mediante plataformas de intercambio.
Por Revista Summa
Aunque a lo largo de la era digital se ha hablado sobre monedas criptográficas, lo cierto es que las criptomonedas no nacieron oficialmente sino hasta la creación del Bitcoin hace poco más de 10 años. Puede que hayan transcurrido los años, pero la realidad es que aún no existe un consenso sobre lo que son realmente.
Mientras que muchos plantean que se trata de monedas digitales diseñadas para reemplazar al dinero fiduciario en un futuro cercano, otros aseguran que estos no son más que activos de inversión creados con la intención de sacar provecho a la inestabilidad de los mercados financieros para generar ganancias.
Pero, ¿qué son realmente? Al analizarlas, así como el contexto que las rodea, podemos encontrar
aspectos que las hacen formar parte de ambos conceptos:
¿Qué es una moneda?
Una moneda no es más que una herramienta utilizada para el intercambio por mercancía: un consumidor elige un producto que desea e intercambia sus monedas por este. Se trata de una forma avanzada de trueque basada en la flexibilidad del sistema monetario, algo con lo que cumplen a cabalidad las criptomonedas.
Si bien la forma en la que estas son valoradas difiere de cómo funcionan las monedas fiduciarias (anclada en instituciones, minerales valiosos, etc), y su uso no está limitado por entidades gubernamentales (como un banco central), su uso como método de pago sería igual que el del dinero tradicional.
Este es el motivo por el que muchos han asegurado que se trata del futuro del dinero, monedas de cambio completamente divorciadas de instituciones o gobiernos, y basadas en tecnología innovadora con el potencial de cambiar las finanzas como las hemos conocido hasta ahora.
¿Qué es un activo financiero?
A pesar de esto, expertos en finanzas aseguran que el dinero debe cumplir con las funciones de ser un medio de intercambio, una unidad de cuenta y un depósito de valor, algo que las criptomonedas no son debido a aspectos como una gran volatilidad, dificultad de uso, discrepancias en la universalidad de su uso, entre otros.
Es por eso que se asemejan más a activos financieros, ya que su objetivo principal es la generación de ingresos a través de la revalorización. En el mundo de las criptomonedas este aspecto es clave, ya que menos del 10% de sus tenedores las utilizan para la compra y venta de productos.
La mayoría de las personas que operan en el mercado de las criptomonedas lo hacen mediante plataformas de intercambio, o a través de servicios de inversión automatizada como el del sitio web oficial Yuan Pay Group, siempre con la intención de generar rentabilidad en el corto, mediano o largo plazo.
Entes reguladores
Para cada bando es claro qué son las criptomonedas, sin embargo, la situación es tan compleja para el resto del mundo, que ni siquiera los entes reguladores han sido capaces de crear legislaciones homogéneas. Esto no solo se debe al desconocimiento sobre el mercado, sino también a las diferentes perspectivas que existen alrededor de esta tecnología.
Mientras que en la mayor parte del mundo las criptomonedas funcionan dentro de vacíos legales, muchos países las regulan como si se tratase de activos de inversión, lo que define cómo estas serían percibidas a nivel gubernamental. Economías como la estadounidense o la española gravan impuestos basados en las ganancias de estos activos como si de una acción se tratara.
Las criptomonedas son novedosas, lo que hace de su análisis (por más informado que sea) un proceso precoz. Es imposible determinar a ciencia cierta qué son en la actualidad, sin embargo, a medida que transcurran los años y veamos cómo estas son adoptadas por la sociedad, podremos determinar con seguridad si se trata de activos o monedas.