La zona de Bijagua y Rio Celeste ofrecen opciones para que descubra la zona y comparta con ellos su amor y respeto por la Danta.
Por Revista Summa
En el cantón de Upala, provincia de Alajuela, se encuentra Bijagua, un destino privilegiado por su ubicación entre los majestuosos volcanes Tenorio y Miravalles, y por su cercanía al Río Celeste, lo que le otorga una riqueza natural única, con flora y fauna dignas de explorar.
Entre sus mayores atractivos destacan la catarata de Río Celeste, famosa por su imponente belleza escénica, y la danta, una especie que estuvo en peligro de extinción y que hoy representa un símbolo de unión comunitaria, educación ambiental y conservación.
La Cámara de Turismo de Río Celeste y Bijagua (CATURI) promueven el Mes de Danta, una época ideal para que los costarricenses se den la oportunidad de descubrir y disfrutar este destino, sus atractivos naturales, sus hospedajes, gastronomía, tours y por supuesto, conocer de cerca la Danta.
Claudia Silva, presidenta de CATURI, asegura que en esta época los hospedajes, empresas de tours, restaurantes ofrecerán tarifas y paquetes especiales para que más costarricenses y residentes puedan conocer sus atractivos.
Uno de los hoteles icónicos de la zona, en medio de la magia del bosque tropical nuboso de Río Celeste, se encuentra “Hideaway Río Celeste”, un refugio de lujo concebido desde la visión de Angelo Saragovia, un empresario que convirtió su pasión por el servicio en una experiencia inolvidable para los viajeros.
Ubicado a escasos metros de Río Celeste, el complejo se despliega sobre 48 hectáreas de exuberante naturaleza, atravesadas por una red de senderos de 4 kilómetros que permiten descubrir y conectar cada rincón de este refugio único.
Gabriela Mora, general manager de Hideaway Rio Celeste, explica que la esencia de este santuario no radica solo en la hospitalidad, sino en la manera en que cada detalle busca transformar la estadía en un recuerdo perdurable, enmarcado por la majestuosidad del entorno natural.
“Este complejo cuenta con 26 habitaciones de lujo, diseñadas para brindar confort en armonía con el entorno. Cuenta con gimnasio, cafetería de especialidad y dos restaurantes, uno de ellos ofrece una experiencia gastronómica que viaja entre los sabores de Italia, América y Costa Rica, mientras el otro invita a dar un paseo por Asia con platillos japoneses, invitando a descubrir la riqueza de cada cultura en un solo menú”, agrega.
La naturaleza se convierte en la mejor anfitriona
Si busca serenidad, no dude visitar el Yoga Deck, dentro de la propiedad, el cual ofrece un espacio en la profundidad del bosque en la calma de la selva. Aquí cada tarde, a las 4:30 p.m., una clase gratuita de yoga invita a respirar profundo, soltar el ritmo acelerado de la vida cotidiana y dejarse envolver por el canto de la naturaleza y el sonido del río. Además, puede ser participe de retiros, aromaterapia y terapia del sonido con precios especiales.
A pocos metros, se esconde entre la vegetación la piscina temperada, mientras el bosque cercano muestra aves multicolores, animales silvestres y un sendero privado hacia el enigmático Río Celeste, joya natural que da nombre al complejo.
Entre las novedades más destacadas se encuentra la apertura de un nuevo Spa de lujo el cual abrirá sus puertas a finales de 2025, además de la expansión 12 nuevas habitaciones de lujo, diseñadas con un estilo íntimo y pensado especialmente para parejas, inmersas en la serenidad del bosque, previstas para inaugurarse en 2027.
“Por convicción, Hideaway Río Celeste ha decidido mantener un crecimiento responsable, evitando expansiones masivas para preservar la riqueza natural que lo rodea. Este compromiso con la sostenibilidad ha permitido al hotel obtener reconocimientos como CST Elite, Essential Costa Rica y Carbono Neutro, logros alcanzados gracias a un esfuerzo constante y a la dedicación por ofrecer una experiencia que respeta y protege el entorno”, finaliza Mora.
Con la expansión se espera la generación de nuevos empleos donde ya colaboran alrededor de 65 personas, entre ellos su mayoría costarricenses y locales de la zona, nicaragüenses, entre otras nacionalidades.

