En Costa Rica es frecuente que las autoridades rescaten animales silvestres en cautiverio.
Por EFE
Las autoridades de Costa Rica investigan los vínculos existentes entre la tenencia ilegal de animales silvestres y delitos del crimen organizado como el lavado de dinero, en un país que alberga alrededor del 6 % de la biodiversidad mundial.
El fiscal de la Fiscalía Adjunta Agrario Ambiental, Alejandro Alpízar, dijo en el programa de radio Frecuencia MP del Ministerio Público, que cada vez son más frecuentes los delitos que afectan a la fauna del país centroamericano y que podrían tener relación con el crimen organizado.
“Hay una fuerte actividad de comercio de vida silvestre”, la cual “da pie a otros delitos que son asociados a carteles o grupos organizados, puesto que lleva a lavar activos a legitimar capitales”, explicó el fiscal.
En Costa Rica es frecuente que las autoridades rescaten animales silvestres en cautiverio como por ejemplo serpientes, aves, tortugas, y felinos como jaguares y cauceles, muchas de estas especies en peligro de extinción.
También hay casos en los aeropuertos donde se ha detectado el tráfico de insectos y hasta pequeños reptiles.
«Para poder llegar a tener el animal en una casa, alguien lo tuvo que sacar de su hábitat, y eso constituye el delito de cacería; si alguien lo vendió, es un delito de comercio; o si alguien lo introdujo desde otro país, el delito es la importación”, explicó el fiscal.
La cacería también es otro de los delitos que el país ha tratado de combatir en los últimos años con leyes que prohíben por completo esa actividad.
La bióloga de vida silvestre del Ministerio de Ambiente y Energía, Shirley Ramírez, destacó que sacar a los animales silvestres de sus hábitats tiene graves consecuencias para ellos y para el ser humano.
“Cuando se les pone en una jaula, por más grande que sea, no pueden expresar sus comportamientos naturales; eso va a provocar que el animal esté en estrés constante, lo cual se manifiesta en cambios en el comportamiento», comentó Ramírez.
Al bióloga aseguró que el cautiverio hace que los animales pierdan muy rápidamente las posibilidades de reincorporarse con normalidad a su hábitat.
“Cada animal que se decomisa tiene que ser evaluado técnicamente, se hacen evaluaciones de comportamiento, físicas, médicas y una vez que se supera esto, inicia un proceso de readaptación y rehabilitación, pero es un proceso que puede tardar varios meses o incluso años”, detalló.
La bióloga apuntó que las especies más amenazadas por el cautiverio son las loras, pericos, y otras aves pequeñas, además de serpientes.