País deberá impulsar la adopción exitosa de tecnología educativa.
Por Revista Summa
El mercado global de innovación educativa continúa en ascenso y se espera que crezca en una tasa anual de 19,9% durante los próximos cinco años, alcanzando los $377.850 millones de dólares, según un estudio de GrandView Research.
En América Latina, este crecimiento ha sido aún más notorio, con una inversión en herramientas educativas digitales que ha multiplicado por seis el promedio de los tres años anteriores, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El uso de la tecnología en la educación se ha convertido en un motor de desarrollo en la región latinoamericana, impulsado por la necesidad de acelerar la reactivación económica y combatir las desigualdades.
Sin embargo, los expertos señalan que el desafío no se resuelve simplemente integrando la tecnología en el contexto educativo, sino en la reorientación del aprendizaje en sí mismo.
“Para aprovechar al máximo la tecnología en la educación, es crucial abandonar los enfoques tradicionales que limitan la participación de los estudiantes y no fomentan la creatividad. En su lugar, se debe adoptar un enfoque que priorice la práctica y el desarrollo de habilidades y competencias en el proceso de enseñanza y aprendizaje”, explicó Camilo Barrera, Director Vertical Educación en Ricoh Latinoamérica.
País debe evolucionar del aprendizaje a la experiencia tecnológica
En Costa Rica, las autoridades gubernamentales han propuesto programas de alfabetización digital con miras a que los estudiantes gocen de un mejor aprovechamiento de las tecnologías a través de la adquisición de competencias digitales para la educación y así desarrollen una mayor competitividad en el mercado actual.
Incluso, recientemente el Ministerio de Educación Pública (MEP) ha establecido alianzas para la ejecución de acciones conjuntas que permita al estudiantado no solo adquirir conocimientos tecnológicos en disciplinas como la inteligencia artificial, sino también aprender sobre las implicaciones éticas y legales de sus usos, con el propósito de promover ciudadanías digitales responsables.
No obstante, el Estado de la Educación revela que la falta de conectividad y conocimientos sobre el uso de dispositivos tecnológicos, sumado a ciertos aspectos sociodemográficos como la zona geográfica, la edad y el nivel socioeconómico, han ampliado las brechas digitales, lo cual dificulta el desarrollo de procesos de enseñanza tecnológicos.
En este sentido, Ricoh, empresa que brinda soluciones de tecnología para acelerar la adopción digital de sus clientes, recomienda a las instituciones educativas buscar aliados estratégicos que les brinden una asesoría personalizada sobre soluciones tecnológicas que respondan apropiadamente a sus necesidades y posibilidades.
Para lograr este objetivo, es necesario que las autoridades asuman una percepción de necesidad en la implementación de tecnologías emergentes en la educación, respaldada por una dotación de recursos. Además, se requiere una evolución del papel que cumplen los distintos actores involucrados en los procesos académicos y formativos.
Hernán Quirós, gerente general de Ricoh Costa Rica, considera que priorizar la experiencia del docente y del estudiante por encima de la tecnología es una pieza clave para transformar los modelos educativos tradicionales y formar a los profesionales en habilidades esenciales, como la creatividad, la comunicación, la participación activa y el pensamiento crítico.
“Solo trabajando en conjunto con los directores académicos, los decanos y los docentes se logrará apoyar la propuesta pedagógica de las casas de enseñanza a través de soluciones tecnológicas que logren conectar los contenidos teóricos con proyectos prácticos que promuevan metodologías aprender-haciendo, capaces de romper la brecha digital entre docentes y estudiantes”, señaló Quirós.