Controles de tránsito, seguridad e iluminación en paradas son algunas de las peticiones.
Por Revista Summa
Desde hace varios años la Cámara Nacional de Transportes (CANATRANS) ha evidenciado la falta de condiciones adecuadas para la operación del servicio de Transporte Público modalidad autobús lo cual incide directamente en la percepción del usuario.
La falta de una priorización del transporte masivo es un detonante en la pérdida de demanda, lo cual de manera directa encarece la tarifa afectando a los usuarios de menos recursos.
Es urgente, que las autoridades tomen cartas en el asunto y trabajen en dar las condiciones de vialidad que le permitan mejorar sus velocidades para movilizar a los usuarios, que en hora pico pueden llegar a ser, aproximadamente, entre los 6 y 8 kilómetros por hora.
Evidentemente, esto conlleva que el usuario tenga que esperar más de lo deseado, ya que hay demoras en los tiempos de viaje, lo cual se produce muchas veces por lo lento que se vuelve la recuperación de las unidades que quedan atrapadas en las presas y a esto debemos sumar las demoras que se sufre por arreglos o colisiones en la vía pública.
La falta de carriles exclusivos o vías exclusivas hace que el bus deba competir por un espacio como un vehículo más, dejando de lado que es un transporte que moviliza masivamente un aproximado de 80 personas por carrera en hora pico.
“Los carriles exclusivos no son suficientes, también es necesario que donde se marque un carril se establezcan mecanismos de fiscalización o control para que ese carril se respete, ya sea mediante sistemas automatizados u oficiales de tránsito o municipales, de lo contrario se estaría manteniendo la situación actual en los pocos que existen, los cuales son zonas que, aunque demarcadas, son irrespetadas por los demás usuarios”, enfatizó Silvia Bolaños, presidenta de CANATRANS.
Para muestra un botón, desde hace un par de años se anunció que habían más de 50 kilómetros de carriles exclusivos demarcados, pero lamentablemente basta con pasar por la calle principal de Montes de Oca donde nadie respeta los horarios establecidos como exclusivos para buses.
Por otro lado, la falta de infraestructura adecuada en las paradas, que de acuerdo a la normativa son responsabilidad municipal, en la actualidad están en condiciones que muchas veces ponen en riesgo a los usuarios.
“Hay lugares donde para hacer una parada no hay ni siquiera aceras, con el riesgo que conlleva para los usuarios que deben abordar y desabordar, ahora imaginen las peripecias que deben hacer nuestros conductores para poder abrir una rampa para subir o bajar un usuario en una silla de ruedas por ejemplo; recalcó Bolaños.
A esto se suma la falta de iluminación en algunas paradas, lo que de noche se convierte en una zona de altísima inseguridad que también hace que los usuarios busquen otras alternativas para evitar ser víctimas de los delincuentes.
La Cámara recalca que el sector tiene un compromiso con la modernización del servicio para que sea de mayor calidad, y prueba de esto es que gracias al liderazgo del Banco Central, esperan que para enero del próximo año casi todas las unidades que operan en rutas del Gran Área Metropolitana (GAM) van a estar equipadas con dispositivos de pago electrónico.
“No podemos pensar en modernizarnos si la gente no puede llegar a tiempo a sus citas, a sus trabajos o sus centros educativos, por falta de una política y más que una política, acciones que prioricen el transporte público ante el resto de actores en las carreteras”, concluyó Bolaños.
Entre muchas otras medidas urge que se dé un reordenamiento del casco central de San José para hacer más fluida su entrada y salida, además se deben definir vías exclusivas para transporte público y rutas de travesía para el transporte privado que nos permitan convivir de manera ordenada.
También es urgente que se retomen controles en las paradas las cuales han sido tomadas por piratas, conductores de plataformas y otros, lo que obliga incluso a exponer a los usuarios en el abordaje o desabordaje de la unidad.
Finalmente es urgente avanzar hacia un sistema intermodal y troncoalimentado pero que garantice las condiciones adecuadas de infraestructura, vialidad y seguridad jurídica tanto para para usuarios, operadores y demás actores.