Disponer de un presupuesto que permita planificar las finanzas es esencial para evitar este tipo de financiamiento.
Por Revista Summa
La Cámara de Bancos e Instituciones Financieras (CBF) hace un llamado de alerta a la población ante los llamados “préstamos gota a gota”, ya que esta forma de financiamiento resulta muy riesgosa para la población.
Según datos de la Encuesta sobre cultura financiera de los costarricenses del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible de la Universidad Nacional (CINPE-UNA), se estima que alrededor de 225 mil personas cuentan con un crédito informal o “gota a gota” en Costa Rica.
De las personas encuestadas, el 54% de las respuestas positivas corresponden a hombres y el 46% a mujeres, lo que indica que no habría una diferencia significativa. Sin embargo, más de la mitad van de 35 a 54 años en todo el país, sin resaltar una región geográfica específica.
Estos “préstamos gota a gota” presentan requerimientos y características que pueden ir en detrimento de los consumidores y su seguridad, pues son otorgados por prestamistas que no están regulados ni supervisados y cuyo dinero puede provenir de dudosa procedencia.
Esta preocupante situación es la razón de ser del Proyecto de Ley N°23575 “Ley que sanciona el delito de préstamo de dinero gota a gota”, que pretende penalizar la usura extorsiva para proteger a las víctimas y a la población vulnerable de los grupos criminales.
Así lo apunta el texto base de este proyecto de ley, según el cual surge un fenómeno “que tiene como fin último insertar el dinero proveniente del crimen organizado en el circular económico de los países, y es el denominado préstamo gota a gota”.
Por tal razón, el pasado 02 de abril se aprobó en segundo debate este Proyecto con el objetivo de regular y sancionar estas prácticas con penas de prisión que irían de cuatro a quince años.
“Para el consumidor agrava la situación el hecho de que este tipo de financiamiento presenta costos muy altos para los deudores, ya que la ausencia de regulación hace que las tasas de interés queden a discreción del prestamista, que al parecer recurre a la extorsión una vez la deuda se vuelve impagable”, comentó la directora ejecutiva de la Cámara de Bancos, Annabelle Ortega.
En este contexto, los “préstamos gota a gota” atentan contra la seguridad de los deudores y la de sus allegados ya que, al carecer de regulación y supervisión y cuando las deudas se vuelven impagables, se prestan para amenazas o intimidaciones que van desde agresiones físicas y psicológicas hasta lesiones graves, daños a la propiedad o privación de libertad de los deudores.
Sobre este fenómeno de los “préstamos gota a gota”, la Encuesta sobre cultura financiera de los costarricenses del CINPE-UNA reveló que la mayoría de personas acuden a estos préstamos porque tienen una deuda sin pagar o morosa en el sector formal, pierden su récord crediticio en el sector formal o debido a una emergencia donde el dinero es urgente.
Finalmente, la encuesta reveló que el 75% de las personas implicadas en créditos informales nunca recibieron educación financiera, y que el 33% no acostumbran a llevar un presupuesto.
Por eso, la Cámara de Bancos alerta a la población sobre los riesgos de estos préstamos “gota a gota”, reitera su compromiso con la educación e inclusión financiera en Costa Rica, por medio de los Foros Interbancarios, la Feria Nacional de Educación Financiera, las Campañas de Educación en redes sociales que desde años atrás promueve en conjunto con el sector financiero regulado y apoya la Estrategia contra el Gota a Gota.
En este sentido, brindamos además algunos consejos importantes para evitar tener que recurrir a préstamos en el sector informal:
- La planificación financiera es fundamental para enfrentar deudas, imprevistos o emergencias que se presentan en las familias y que son las principales razones señaladas por el CINPE-UNA como razones de impago en el sector formal.
- Realizar un presupuesto según los ingresos y gastos de cada persona o familia (gastos fijos y variables), así como los gastos hormiga, que son aquellas pequeñas cantidades de dinero (de apariencia “irrelevante”) que, al sumarse a final de mes, pueden representar buena parte de sus desembolsos.