El 31% de los encuestados no espera que la economía global mejore en el próximo año, sin embargo, el 50% dice tener confianza en el futuro.
Por Revista Summa
La inflación, las disrupciones en las cadenas de suministro, la preocupación por la sostenibilidad y el entorno geopolítico están desafiando la vida cotidiana de los consumidores a nivel global. Estos acontecimientos han modificado la forma en la que las personas compran, los productos o servicios que adquieren y cómo consumen, de acuerdo con datos del estudio
EY Future Consumer Index, elaborado por EY, firma líder de servicios profesionales en consultoría, auditoría, impuestos y estrategia y transacciones.
El entorno ha puesto a los consumidores en cautela. El 54% de los encuestados considera que su vida será la misma por los próximos 3 a 4 meses y 31% no espera que la economía global se recupere en el siguiente año; sin embargo, 50% asegura tener confianza en el futuro.
“Ante la desaceleración económica, estos datos adquieren una relevancia particular, pues a diferencia de otras épocas de crisis es evidente que las circunstancias recientes nos han hecho mucho más resilientes. Los consumidores de Latinoamérica son conscientes de los desafíos que están por llegar, pero reflejan una adaptabilidad y disposición al cambio sin precedentes”, destacó Francisco Olivares, Socio Líder de la Industria de Consumo para Latinoamérica Norte en EY.
EY ha identificado 5 segmentos de consumidores a nivel global: para el 27% la asequibilidad es una prioridad, el 24% de los encuestados piensan que el cuidado del planeta es lo más importante, mientras que la salud y la experiencia se ubican en 18% respectivamente; y para 13% lo más relevante es la sociedad
La demanda de sostenibilidad está impulsada por el 27% de los millennials, el 30% de la Generación Z se enfoca en la experiencia, mientras que el 39% de los Baby boomers y el 28% de la Generación X priorizan la asequibilidad. Las generaciones jóvenes también siguen impulsando el consumo a través de tecnologías y experiencias emergentes, uno de cada diez encuestados en estos rangos de edad señaló ser consumidor digital: 17% ya usa monedas digitales y 14% ha usado la tecnología virtual para vivir experiencias inmersivas —como el metaverso—, frente al 8% y 5% respectivamente de generaciones mayores.
La adopción de hábitos digitales exigirá a las empresas la creación de las herramientas adecuadas, una cadena de suministro resistente y una logística flexible para atender a los clientes. Para ello tendrán que aplicar estrategias de sostenibilidad que sirvan de forma rentable a las personas y al planeta, a través de la transparencia integrada en toda la cadena de valor.
Asimismo, las estrategias de precios y de cartera deberán responder a las nuevas percepciones de valor, ya que la asequibilidad se convierte en un factor importante en el actual entorno inflacionista.
“En este escenario, los cuatro imperativos que las empresas de consumo deben tener en cuenta son: centrarse en revisar las operaciones y las carteras para cumplir con la asequibilidad; adaptar las estrategias de sostenibilidad para ofrecer soluciones rentables; equilibrar la inversión en compromisos para dar cabida a nuevas oportunidades digitales y, por último, establecer indicadores clave de rendimiento que reflejen los valores cambiantes de los consumidores”, señaló Gilberto Lozano, Socio de Consultoría para la Industria de Consumo en EY Latinoamérica Norte.