Según la Encuesta Global sobre Fraude y Delitos Económicos 2020¹ de PwC, el costo total de este tipo de crímenes fue de US$42,000 millones en tan solo dos años.
Por Revista Summa
El aumento del fraude resulta especialmente evidente en el comercio electrónico, ya que, durante la pandemia, cada vez más clientes deciden realizar compras y negocios en línea.
A medida que la tecnología evoluciona, es importante estar al tanto de los diferentes tipos de estafas que existen o que podrían darse al comprar o efectuar transacciones por internet y de lo que se debe hacer para estar seguros y protegidos.
Aníbal Pérez, Gerente Senior de Seguridad Corporativa de Scotiabank, detalló algunas de las estafas más comunes en la actualidad:
Pagejacking. Los hackers crean una página web fraudulenta idéntica a un sitio web que realmente existe. Cuando los usuarios emplean un motor de búsqueda, pueden hacer clic en esta página falsa pensando que se trata del sitio legítimo que estaban buscando. Al mostrar una réplica falsa del inicio de sesión, los estafadores pueden recopilar fácilmente múltiples nombres y contraseñas de usuarios.
Apropiación/usurpación de cuenta. Esta forma de robo de identidad sucede cuando un
estafador utiliza información personal sustraída para acceder a cuentas en línea o financieras de
forma fraudulenta, todo esto con la finalidad de realizar compras no autorizadas, retirar dinero o
incluso cambiar los datos de la cuenta.
La estafa de las vacaciones. Los delincuentes envían un correo electrónico desde la cuenta de una persona a sus amigos y familiares indicando que le han robado mientras estaba de vacaciones, y solicitan ayuda con mensajes como «Por favor, ¿podrían transferirme dinero lo antes posible?». Los amigos y familiares, dispuestos a ayudar, le envían una transferencia, pero la persona no lo recibirá porque ni siquiera está de vacaciones. En este caso, los correos de quienes trataron de apoyarla también podrían ser hackeados.
Fraude en ofertas al comprar en línea. Un vendedor falso ofrece un producto a un precio bajo o promete beneficios como el envío gratuito o la entrega al día siguiente sin ninguna intención de cumplirlos. Una vez procesado el pago, el producto nunca es entregado y no hay forma de ponerse en contacto con el vendedor para pedir un reembolso. Si la oferta parece demasiado buena para ser cierta, probablemente no lo sea.
Estafas en la búsqueda de empleo. Una estafa de este tipo puede presentarse como una oferta falsa de trabajo en línea que promete un salario alto por un trabajo que requiere muy poca experiencia. Al aplicante se le pide que proporcione información personal como parte del proceso de contratación o que pague por adelantado la capacitación, los materiales o algún curso relacionado con el trabajo a realizar.
Phishing. Son esos correos, mensajes o llamadas que simplemente no parecen correctos. Pueden provenir de diferentes organizaciones fraudulentas que figuran como tiendas de comercio electrónico, instituciones financieras, proveedores de servicios y hasta asociaciones filantrópicas o que ofrecen premios o regalos falsos. Por lo general, solicitan información sensible como contraseñas, números de tarjeta de crédito, número de cédula, entre otros datos personales y confidenciales.
Ante el aumento de las estafas a través del comercio electrónico, es importante saber qué hacer para evitar ser una víctima en estas situaciones. Pérez comentó, también, algunas recomendaciones clave que ofrece Scotiabank para luchar contra el fraude:
Haga las cosas con calma y preste atención a los detalles. A los estafadores les gusta crear entornos de alta presión y con frecuencia exigen que se les de información de manera inmediata y amenazan con consecuencias negativas si no se les entregan rápidamente los datos que piden.
Piénselo dos veces antes de hacer clic en hipervínculos de correos electrónicos y mensajes de texto que parezcan sospechosos o antes de abrir archivos adjuntos que provengan de remitentes desconocidos.
Evite responder correos y mensajes no solicitados o cualquier comunicación que pida información personal o financiera. El correo electrónico y los mensajes de texto no son un método seguro para enviar datos sensibles como números de tarjetas de crédito o datos de cuentas bancarias.
Investigue para verificar la legitimidad de la tienda u organización en línea antes de realizar una compra o enviar cualquier información personal. También, puede ser útil buscar comentarios en línea para verificar si hay alguna señal de alerta sobre la empresa, el producto o el vendedor.
Proteja las contraseñas en línea evitando el uso de las mismas claves para todos los inicios de sesión y el uso de palabras o combinaciones comunes como «contraseña123». En su lugar, se recomienda optar por palabras o frases distintas que utilicen una combinación de números y letras.
Revise las facturas, las transacciones en línea y los registros de las tarjetas de crédito para conciliar las compras e identificar cualquier discrepancia o cobro desconocido.