Liderazgo mundial de ambos países en la lucha contra el cambio climático y la conservación de la biodiversidad quedó plasmado para siempre en el Bosque de la Amistad Francia – Costa Rica.
Por Revista Summa
A través de un ambicioso proyecto de arborización, los gobiernos de Francia y Costa Rica inauguraron este miércoles el Bosque de la Amistad Francia – Costa Rica, en los terrenos del Colegio Técnico Profesional de la Fortuna de San Carlos.
Se trata de un plan de enriquecimiento vegetativo creado en un antiguo terreno sin cobertura forestal previa, que con el paso del tiempo se convertirá en un frondoso bosque de especies nativas costarricenses.
Los 2 mil nuevos árboles sembrados se dan gracias al aporte de la Embajada de Francia en San José y de la Agencia Francesa de Desarrollo, los cuales se unieron a la iniciativa Huella del Futuro, programa de gobierno orientado a reverdecer la zona norte del país mediante la siembra de 200 mil árboles endémicos, florales, frutales y maderables.
La ceremonia de inauguración del bosque estuvo a cargo de la primera vicepresidenta de la República, Epsy Campbell; el embajador de Francia en Costa Rica, Philippe Vingradoff; el representante de la Agencia Francesa de Desarrollo en Costa Rica, Matthieu Robin y la alcaldesa a.i. de San Carlos, Karol Salas.
“Agradezco profundamente el compromiso del gobierno de Francia, su embajada y la Agencia Francesa de Desarrollo con la agenda de descarbonización y desarrollo sostenible de Costa Rica. Este bosque de la amistad va a generar una cantidad importante de oportunidades económicas, la recuperación de bosques y el embellecimiento de paisajes”, manifestó la vicepresidenta Campbell durante la celebración.
“Con este bosque no solo participamos en la reforestación del país, sino que también sirve como símbolo de la amistad siempre creciente entre Francia y Costa Rica. La relación de ambos países data desde que nació Costa Rica y hoy tenemos una acción conjunta muy activa en la protección del medio ambiente”, señaló el embajador francés, Philipe Vinogradoff.
Aulas verdes. Con una lógica de círculos concéntricos, el diseño del bosque responde al algoritmo matemático de Nelder, el cual simula las distintas densidades que se pueden encontrar en un bosque natural con todos los beneficios que conlleva. Fue justamente en el centro de este nuevo bosque que las autoridades plantaron un cortez amarillo, árbol símbolo del cantón de San Carlos y uno de los más representativos de floración ornamental en Costa Rica.
El lugar estratégicamente seleccionado para el nuevo Bosque de la Amistad fue el Colegio Técnico Profesional de La Fortuna, con el objetivo de que sirva en un lugar abierto de aprendizaje para alumnos y vecinos sobre los beneficios del cuido de la naturaleza y la importancia de luchar contra el cambio climático.
Además de un lugar de recreación, en este espacio los visitantes podrán obtener un aprendizaje práctico sobre los servicios ecosistémicos que brinda el bosque a las poblaciones, como la regulación de la temperatura, la provisión de agua en calidad y cantidad, la captura de carbono o el amortiguamiento del impacto de los fenómenos naturales, entre muchos otros.
“Desde el 2019, la AFD acompaña a Costa Rica en la implementación del Plan Nacional de Descarbonización. Contribuir al programa Huella del Futuro es renovar nuestro compromiso de promover herramientas innovadoras hacia una transición ecológica y justa”, indicó Matthieu Robin, representante de la Agencia en Costa Rica.
En el último año, Francia y Costa Rica crearon y lideraron a nivel internacional la Coalición de Alta Ambición para la Naturaleza y las Personas, proyecto al que se han unido 77 países para proteger el 30% de las tierras y el 30% de los mares.
Sobre la iniciativa. Huella del Futuro fue creada en el marco de la celebración del bicentenario de independencia de Costa Rica y tiene por objetivo agrupar a socios de diversos ámbitos con miras a reverdecer la zona norte de Costa Rica, mediante la siembra de 200 000 árboles endémicos, florales, frutales y maderables, cifra que fue superada en octubre anterior, alcanzando los 254.475 árboles donados.
El proyecto pretende contribuir en aumentar la cobertura forestal a un 60% para el año 2030, así como combatir los efectos negativos del cambio climático. Este programa, además de velar por el mantenimiento de las especies durante cinco años, establece un mapa consultable en línea donde es posible visualizar el lugar donde ha sido sembrado cada árbol y otras informaciones. La iniciativa fue gestada en el marco de la alianza entre el Gobierno de Costa Rica, liderado por la Vicepresidencia de la República, con apoyo de Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (FONAFIFO), Iniciativa Finanzas para la Biodiversidad (BIOFIN) del PNUD. Es implementado por la Fundación Banco Ambiental en alianza con gobiernos municipales, sociedad civil y aliados estratégicos.