Este esfuerzo se alinea con la ambición de China de convertirse en líder en el turismo espacial comercial para 2027, según Yang.
Por EFE
Las nuevas potencias emergentes en el espacio, India y China, no sólo han dado pasos destacados en la exploración, desde Marte a la Luna, sino que apuestan también por el desarrollo del turismo espacial a través de diversos proyectos.
India escribió el pasado agosto una página en la historial al convertirse en el primer país en aterrizar con éxito en polo sur de la Luna. China conoce la cara oculta de nuestro satélite, adónde llegó en 2019, además de estar presente en Marte con un rover y cuenta con su propia estación espacial.
Además, China, potencia emergente en la industria espacial, está en camino de viajes espaciales a pasajeros pagados a partir de 2025, liderados por la empresa respaldada por el gobierno, CAS Space.
Según Yang Yiqiang, fundador de CAS Space, se espera que los viajes suborbitales estén disponibles en tres años, permitiendo a los pasajeros experimentar la ingravidez durante 10 minutos a más de 100 km de altitud.
Los precios podrían oscilar entre 2 y 3 millones de yuanes (de 285.000 a 427.000 dólares), pero CAS Space busca hacerlos accesibles para la mayoría.
La empresa, que se escindió de la Academia de Ciencias de China, ha sido comparada con compañías como Blue Origin y SpaceX. El primer vuelo de prueba está programado para 2023.
Este esfuerzo se alinea con la ambición de China de convertirse en líder en el turismo espacial comercial para 2027, según Yang.
China ha experimentado un rápido crecimiento en la industria espacial comercial, con más de 370 empresas relacionadas con este sector registradas hasta el año pasado.
Además, la isla de Hainán, en el sur de China, está promoviendo otro tipo de turismo espacial, en este caso de desde Tierra, como parte de su estrategia para convertirse en la capital del sector en el país y con la mirada puesta en las personas que desean presenciar lanzamientos de cohetes y experimentar la emoción del espacio.
La llegada de India al polo sur de la Luna, con la nave Chandrayaan-2, allí donde los rusos habían fracasado sólo unos días antes, ha puesto aún más el foco es su planes espaciales, en los que se incluye la apuesta por el desarrollo por el turismo espacial.
El país participa en dos proyectos piloto con miras a ofrecer viajes comerciales fuera de la Tierra en el futuro.
Así, presta las instalaciones para globos del Instituto Tata de Investigación Fundamental (TIFR), ubicado en la ciudad de Hyderabad, a la empresa española Halo Space, que se encuentra en fase de desarrollo de un proyecto para ofrecer vuelos comerciales a la estratosfera a partir de 2025.
Halo realizó el pasado 7 de diciembre su primer vuelo de prueba, en el que alcanzó los 37 kilómetros de altitud mediante un globo estratosférico que, a su vez, transportaba un prototipo a tamaño real de una cápsula no tripulada.
A su vez, la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO, en inglés) está diseñando un ambicioso prototipo para demostrar la capacidad de los vuelos espaciales tripulados, programada para finales del año que viene.
El proyecto Gaganyaan prevé lanzar a una tripulación de tres miembros a una órbita de 400 kilómetros «para una misión de tres días y su regreso sano y salvo a la Tierra, aterrizando en aguas del mar de la India», indica ISRO en su página web.
Las misiones de prueba, que serán no tripuladas, estipuladas hasta ahora incluyen vuelos de caída aérea, prueba de aborto de la misión en plataforma y vehículos de prueba.
Aunque este proyecto todavía no contempla el transporte de turistas al espacio, ISRO espera que el desarrollo de este tipo de misiones sirvan para «constituir componentes importantes para futuras actividades sostenidas de vuelos espaciales tripulados».