La falta de acceso a comida nutritiva y de calidad ha aumentado el sobrepeso en Honduras.
Por EFE
Unos 3,9 millones de personas se encuentran en situación de inseguridad alimentaria en Honduras debido a la pandemia de la covid-19 y los efectos de las tormentas tropicales Eta e Iota, dijo este miércoles el representante de la FAO en el país, Dennis Latimer, en entrevista con Efe.
«Los pronósticos para Honduras nos están arrojando que casi un millón de personas adicionales a los que estaban antes de la pandemia (están) en un grado de inseguridad alimentaria», subrayó el diplomático de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Antes de la crisis por el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la covid-19, que ha «empeorado» la economía del mundo, alrededor de 2,9 millones de personas en Honduras estaban en una crisis de inseguridad alimentaria, agregó.
«Casi el 33 por ciento de la población hondureña está en algún grado de inseguridad alimentaria, ya sea grave o moderada, es decir, aquella familia que tiene que disminuir el monto de alimentos que consume o dejar de comer un tiempo para hacer rendir los alimentos», señaló el alto cargo.
La pandemia ha creado «ciertas incertidumbres en todos los aspectos, no solo en el de seguridad alimentaria, sino también en el aspecto económico, salud, social», indicó.
FALTA DE INGRESOS
Latimer señaló la importancia de que Honduras tome «ciertas medidas precautorias» para garantizar el suministro de alimentos a las personas afectadas primero por la covid-19 y luego por las tormentas Eta e Iota, que azotaron Centroamérica en noviembre pasado.
Destacó que en el país «no se dejó de producir alimentos», pese a la pandemia, pero «el problema» es que gran parte de la población de Honduras, con 9,5 millones habitantes, perdió su trabajo, en su mayoría informal.
«La mayoría de la población hondureña trabaja en el sector informal y estos son los que han perdido sus empleos y sus ingresos, y ahora tiene menos acceso a alimentos seguros, sanos y nutritivos», explicó.
Según la empresa privada de Honduras, ocho de cada diez hondureños tienen problemas de ingresos, por lo que viven en «precariedad», lo que afecta su seguridad alimentaria.
DESNUTRICIÓN VERSUS SOBREPESO
El representante de la FAO afirmó que la falta de alimentos en Honduras, donde históricamente ha habido problemas de inseguridad alimentaria, afecta a miles de niños que antes de la pandemia recibían una «alimentación escolar» en las escuelas, que permanecen cerradas desde marzo de 2020 por el coronavirus.
«Tenemos que ponernos las pilas y ver formas alternativas de cómo poder hacer llegar esta alimentación a los padres de familia, los docentes y los que niños que más lo necesitan», resaltó.
La desnutrición en menores de 5 años afecta al 5,6 % de niños en Honduras, país que desde 2017 había logrado bajar «en 3 puntos porcentuales», añadió.
Latimer destacó que la franja de los cero a los cinco años es clave para facilitar el desarrollo físico e intelectual de los niños, que por su edad aún no acuden a la escuela, y no tienen acceso a los programas de alimentación escolar.
«Estamos viendo indicadores de desnutrición infantil que, en lugar de ir mejorando, van empeorando», enfatizó el representante de la agencia de la ONU, quien dijo que es «más barato» comprar comida chatarra que productos nutritivos, lo que acarrea graves problemas de salud en todo el mundo.
La falta de acceso a comida nutritiva y de calidad ha aumentado el sobrepeso en Honduras, lo que pone en riesgo la salud de cientos de personas que son vulnerables a enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), entre ellas diabetes, hipertensión y enfermedad cardiovascular, acotó.
El alto cargo de la FAO instó a Honduras a garantizar una «protección social» para los más vulnerables y trabajar de «manera regional y subregional» para promover programas solidarios, pero destacó que lo más importante es reactivar la economía.