Las cuentas del sector financiero abren esta semana la oleada de resultados empresariales en Estados Unidos.
Por EFE
Bank of America, Citigroup y Wells Fargo, tres de los grandes bancos de Estados Unidos, multiplicaron sus beneficios en el primer semestre de 2021 gracias a la recuperación económica en el país, que les ha permitido liberar importantes reservas que habían acumulado para hacer frente a problemas durante la crisis de la covid-19.
Las tres entidades dieron a conocer este miércoles unas cuentas trimestrales marcadas por una fuerte subida de las ganancias, en línea con lo que el día anterior habían mostrado sus rivales JPMorgan Chase y Goldman Sachs.
Pese a la fuerte subida de los beneficios, tanto Bank of America como Citigroup vieron retroceder su facturación en el segundo trimestre del año, lastrados por los bajos tipos de interés y menores ingresos en sus negocios de préstamos.
Los ingresos, por debajo de lo esperado por los analistas, decepcionaron en Wall Street y las acciones de ambas entidades retrocedían a esta hora, especialmente las de Bank of America, que una hora después de la apertura se dejaban alrededor de un 4,50 %.
El segundo banco del país tras JPMorgan ganó entre enero y junio 17.274 millones de dólares, un 129 % más que en el mismo periodo del año anterior, pero su facturación se quedó en 44.287 millones de dólares, por debajo de los 45.093 millones que había ingresado un año antes.
En el segundo trimestre, Bank of America tuvo un beneficio neto de 9.244 millones de dólares, frente a 3.533 millones de dólares un año antes, cuando había apartado importantes cantidades de dinero ante el estallido de la pandemia.
Las cuentas del banco se beneficiaron de la liberación de 2.200 millones que había reservado para protegerse ante posibles impagos durante la crisis.
«El gasto de los consumidores ha superado significativamente los niveles prepandemia, el crecimiento de los depósitos es sólido y los niveles de préstamos han empezado a crecer», destacó en un comunicado el presidente y consejero delegado, Brian Moynihan.
La liberación de esas reservas está propulsando los resultados de la gran banca estadounidense, que ya no ve necesarias tantas cautelas dado el buen avance de la recuperación económica en el país.
«El ritmo de la recuperación global está superando expectativas previas y con ello la confianza de los consumidores y las empresas está creciendo», defendió en un comunicado la consejera delegada de Citigroup, Jane Fraser.
Su firma, que ya había liberado unos 2.000 millones de dólares de reservas en el primer trimestre de este año, añadió otros 1.000 millones entre abril y junio.
Citigroup cerró el primer semestre con un beneficio neto de 14.135 millones de dólares, casi un 300 % más que en el mismo periodo de 2020.
Como Bank of America, Citigroup también vio reducirse sus ingresos en la primera mitad del año, cuando facturó 36.801 millones de dólares, un 9 % menos.
En el segundo trimestre, Citigroup ingresó 17.474 millones de dólares (un 12 % menos que en ese periodo de 2020), pero su beneficio se disparó hasta 6.193 millones, frente a poco más de 1.000 millones un año antes, cuando había reservado más de 8.000 millones de dólares para cubrir posibles pérdidas por la pandemia.
Por su parte Wells Fargo, que en el primer semestre de 2020 había perdido 2.930 millones de dólares, ganó en la primera mitad de este año 10.676 millones de dólares, y a diferencia de otras entidades aumentó su facturación, un 6 % hasta 38.802 millones de dólares.
La firma con sede en San Francisco, el cuarto banco de EE.UU. por volumen de activos, tiene un negocio algo distinto al de sus competidores, sin grandes operaciones de banca de inversión y, además, está sujeto a restricciones de los reguladores tras un escándalo por la creación de cuentas falsas.
Wells Fargo tuvo unos beneficios netos de 6.040 millones de dólares en el segundo trimestre, con una facturación de 20.270 millones, un 11 % más y claramente por encima de las expectativas de los analistas.
Las cuentas del sector financiero abren esta semana la oleada de resultados empresariales en Estados Unidos, donde los mercados esperan ver muestras de la recuperación de la actividad durante los últimos meses.