La nueva normativa de la Dirección General de Tributación exige a todos los contribuyentes migrar a la versión 4.4 de facturación electrónica. En el país ya se observa un crecimiento sostenido en su adopción.
Por Revista Summa
A partir de setiembre la versión 4.4 de la facturación electrónica será obligatoria en Costa Rica, lo que marca un nuevo paso en la digitalización de los procesos tributarios y en el fortalecimiento de los controles fiscales. Esta actualización incluye ajustes técnicos que buscan estandarizar los comprobantes, mejorar la validación de la información y aumentar la seguridad en las transacciones electrónicas.
En las últimas semanas, el proceso de transición ha tomado mayor impulso. Según datos de Alegra.com, primer software en habilitar la facturación 4.4 en el país, solo en el último mes se han emitido más de 10 mil facturas con este formato. Además, más del 30% de los comprobantes electrónicos generados a través de la plataforma ya corresponden a la versión 4.4.
La migración no representa una barrera tecnológica para los negocios. Según registros de la compañía, los contribuyentes tardan en promedio un minuto y medio en activar la actualización, lo que facilita un cumplimiento rápido y sin fricciones.
Especialistas advierten que esta transición será especialmente relevante para pequeñas y medianas empresas, quienes deben adecuar sus sistemas antes de setiembre para evitar contratiempos en la validación de sus facturas.
“Estamos viendo una curva de adopción acelerada. La simplicidad en la implementación ha permitido que incluso pequeños negocios ya estén facturando con la versión 4.4 sin mayores dificultades. La recomendación es no dejar este proceso para última hora y garantizar que, llegado setiembre, todas las operaciones cumplan con lo exigido por Tributación”, comentó Miguel Hervas, Country Manager de Alegra.com en Costa Rica.
El país se suma así a la tendencia regional de actualizar constantemente los sistemas de facturación electrónica, como ya ha ocurrido en países como México o República Dominicana, donde las últimas versiones buscan mejorar la interoperabilidad de los comprobantes y la trazabilidad de las operaciones económicas.
La obligatoriedad de la facturación 4.4 marca un nuevo paso en la modernización fiscal del país, y se espera que en los próximos meses el número de contribuyentes adaptados crezca exponencialmente.