Primera medida será la unificación del sistema de compras a través del programa «Compra Única», que unifica al Ministerio de Salud (Minsa) y la Caja de Seguro Social.
Por EFE
El presidente panameño, José Raúl Mulino, anunció este jueves las acciones que impulsará para enfrentar la «fuerte tormenta» de problemas que atraviesa la estatal Caja de Seguro Social (CSS), todo con el propósito de recuperar la entidad, pero, aseguró, no con el afán de privatizarla.
«Estamos en medio de una fuerte tormenta sin instrumentos confiables. Lo peor es que todo indica que los datos que encontraremos (en la institución) son peores que los manifestados por las actuales autoridades», indicó en su primer mensaje a la nación Mulino, que asumió su mandato de cinco años el 1 de julio pasado.
El relevo en la dirección de la CSS se producirá el 1 de octubre.
La falta de medicinas, la mora quirúrgica, el trato «inhumano» a los usuarios, el deficiente sistema de citas, la ausencia de insumos médicos para realizar operaciones y el déficit en el sistema de pensiones son algunos de los problemas que Mulino planea atacar, pero no a través de privatizar la seguridad social.
«Repito: la Caja de Seguro Social no será privatizada. Ese tema está fuera de discusión, realidad que nos permite avanzar en temáticas concretas, porque son concretos los problemas que aquejan al sistema», afirmó.
En su mensaje, el presidente no se refirió a medidas paramétricas de aumento de cuotas y de la edad de jubilación, que son rechazadas socialmente.
Propuestas
Mulino identificó a las prestaciones de salud como el tema que tiene «mayores reclamos por la incapacidad de esta organización a darle soluciones a los panameños en momentos críticos», que además reciben un servicio «inhumano» y no tienen acceso a las medicinas que no llegan a tiempo por problemas en el proceso de licitación, almacenaje, distribución y entrega.
Citó datos de la administración saliente, que, dijo, su equipo de Gobierno «debe comprobar», de que falta el 20 % de medicamentos.
También señaló que en la entidad faltan materiales médicos y solo hay un 44 % de insumos quirúrgicos, por lo cual afirmó que no hay que ser un «experto» para saber que si la CSS tiene «19.350 cirugías atrasadas es porque el sistema colapsó».
«Esto quiere decir que, más de la mitad de los pacientes que esperan una operación, tendrán secuelas o morirán antes de llegar a un quirófano. Esta imprudencia raya en lo criminal», sostuvo.
En este sentido, propuso como primera medida la unificación del sistema de compras a través del programa «Compra Única», que unifica al Ministerio de Salud (Minsa) y la Caja de Seguro Social.
También propuso introducir mejoras en el sistema de citas médicas, con un «efectivo control» para que «no sean fantasmas como ocurre hoy» y cada paciente tenga atención más rápida, minimizar las cancelaciones y espacios vacíos».
En cuanto al programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) que sostiene las jubilaciones, Mulino destacó que este es «un sistema complejo, con profundos problemas estructurales y del que se deben plantear soluciones reales y donde las cifras hagan sentido».
El déficit, que alcanza los 673 millones de dólares en uno de los dos subsistemas de pensiones (en el de beneficio definido; el otro es mixto de ahorro individual), que se quedaría sin fondos pronto según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es uno de los problemas que arrastra la CSS, ya que ninguno de los tres últimos gobiernos han podido acometer las reformas necesarias para superar la crisis.
El Gobierno de Martín Torrijos (2004-2009) hizo en 2005 una reforma estructural a la CSS, creando otro modelo de jubilaciones o pensiones que combina el Sistema Exclusivamente de Beneficio Definido (SEBD) con un nuevo sistema mixto de ahorro individual.
Con este cambio, que entró a regir en 2008, los cotizantes menores de 35 años pasarían voluntariamente al sistema mixto y los mayores de 35 seguirían en el SEBD. Para muchos analistas esto fue la raíz del problema, pues el sistema de reparto definido se quedó sin cotizantes.