En el 2021, los latinoamericanos aún preferían hacer sus compras con dinero físico, para el 2023 esa preferencia bajó a la mitad.
Por Revista Summa
Tal como se ha notado en los últimos años, la tendencia en Costa Rica de pagar en efectivo va en disminución. De hecho, el estudio de McKinsey & Company llamado “La rápida evolución de los medios de pagos en Latinoamérica”, revela que, del 100% de encuestados costarricenses, tan solo el 28% prefiere hacer pagos con dinero físico, lo cual lo coloca solo por detrás de Argentina con un 25% y Chile con un 13% de preferencia. El resto de las personas prefieren hacer pagos con la tarjeta de débito o crédito y con la billetera digital o aplicaciones bancarias.
Y es que la evolución en los métodos de pago en Costa Rica y América Latina avanza a un ritmo muy acelerado. Tal como lo muestra esta investigación, para el año 2021, los latinoamericanos preferían pagar con efectivo en un 59%, con tarjeta de débito un 16%, con tarjeta de crédito un 7% y con billetera digital tan solo un 6%, así como un 12% en el rubro de otros. Mientras que para el año 2023, esos números cambiaron por completo. En esta nueva encuesta, en América Latina se prefiere pagar en efectivo con tan solo un 30%, lo que representa una caída de la mitad en cuanto a preferencia y este método de pago se vio superado por el 36% de pago con tarjeta de débito. La preferencia por el pago de tarjeta de crédito creció a un 18% y la billetera digital a un 10%, es decir, todos los métodos alternos al pago en efectivo tuvieron un crecimiento significativo.
Según el estudio, el efectivo está perdiendo terreno, pero conservará su relevancia en el mediano plazo, en particular para las personas de menores ingresos. El dinero en efectivo continúa siendo ampliamente utilizado en América Latina. La encuesta de 2023 reveló que el 70% de los participantes utilizó efectivo en los últimos 30 días, a pesar de que solo el 30% afirmó que se trataba de su medio de pago preferido. El poder de permanencia del efectivo puede atribuirse a dos factores: muchos comercios solo aceptan ese medio de pago, y más de la mitad de los trabajadores de la región tienen empleos informales y generalmente reciben su paga en dinero físico. El empleo informal está profundamente arraigado en América Latina, y el statu quo difícilmente cambie sin una fuerte intervención regulatoria o económica. Aun así, el estudio muestra que aumenta el número de comercios que aceptan tarjetas o billeteras digitales contribuirá en gran medida a popularizar el uso de medios de pago distintos del efectivo.
Los encuestados mencionaron algunos aspectos por los cuales prefieren usar otros métodos de pago en lugar del efectivo. En el caso de las tarjetas de débito, comentaron que tienen mayor rapidez y facilidad de pago, mayor control de gastos, pagar sin contacto y algunas promociones u ofertas. Las personas que prefieren pagar con tarjetas de crédito citaron dos motivos principales: acceso a crédito de alta calidad, a través del financiamiento en cuotas mensuales con tasas de interés relativamente bajas, y programas de fidelidad que incluyen beneficios como puntos, millas, descuentos o reembolsos.
Las personas que usan la billetera o aplicaciones digitales bancarias aseguran que prefieren usar estos métodos porque tiene mayor facilidad de uso, bajo costo, seguridad, no tener que usar un método de pago físico, seguridad y confianza en el proveedor, reembolsos, gestionar las cuentas en un solo lugar y acceso a promociones.
Medidas que pueden tomar las entidades financieras ante esta evolución
Simplificar aún más las transacciones con billeteras digitales: Las entidades financieras necesitan continuar trabajando en mejorar la aceptación de billeteras digitales en las tiendas online y en reducir la fricción implícita en este tipo de compras. Incluso en países con baja penetración de billeteras digitales, el crecimiento de este tipo de soluciones para las transacciones online ha marcado una diferencia.
Digitalizar el plástico: La digitalización de los demás elementos que generalmente encontramos en una billetera digital (datos identificativos y claves) podría representar una nueva ventana de oportunidad para que las instituciones financieras digitalicen sus pagos y construyan una relación digital primaria con sus clientes. En los países donde el pago sin contacto es habitual podría perseguirse un mayor uso de las billeteras digitales en reemplazo de las tarjetas físicas.
Expandirse a segmentos nuevos: Las instituciones financieras, junto con los adquirentes que autentican y autorizan las transacciones, pueden considerar expandir sus ofertas a micro comerciantes que en la actualidad solo aceptan efectivo. La tecnología seleccionada (código QR, tap and pay o links de pago) tendrá que alinearse con una estrategia a nivel de mercado que tenga en cuenta las preferencias de los clientes.
Perseguir la interoperabilidad: Los gobiernos de varios países latinoamericanos están trabajando para abrir los sistemas de pago de circuito cerrado mediante la creación de sistemas en los que cualquier aplicación de pago pueda enviar pagos a cualquier comerciante, incluso a través de un código QR proporcionado a un comerciante por una aplicación de pago diferente.