Esa ciudad nicaragüense, que concentra una de las mayores atracciones turísticas de Nicaragua, fue desde el siglo XVI un activo centro de comercio.
Por EFE
En las orillas del Gran Lago o Lago Cocibolca, el más grande de Centroamérica, se encuentra Granada, la ciudad colonial que se erige en el corazón de Nicaragua con sus calles empedradas y sus coloridas y elegantes casonas, que cumple 500 años de su fundación por los españoles.
Fundada por el conquistador andaluz Francisco Hernández de Córdoba, que se enfrentaba a guerras de tribus locales, Granada está ubicada entre el poblado indígena de Xalteva, el Gran Lago o Mar Dulce (único en el mundo que poseía tiburones) y el volcán Mombacho, de 1.345 metros, lleno de misterio y cuentos de brujas.
Esa ciudad nicaragüense, que concentra una de las mayores atracciones turísticas de Nicaragua, fue desde el siglo XVI un activo centro de comercio, como principal acceso al mar Caribe y al océano Pacífico, y sus riquezas fueron saqueadas por los piratas ingleses y filibusteros estadounidenses, uno de los cuales llegó a incendiarla en parte.
Granada fue quemada en 1856 por orden expresa del filibustero estadounidense William Walker al ser derrotado y expulsado, después de que la hubiera convertido en sede de su gobierno y cuartel general.
Para celebrar estos cinco siglos de historia, las autoridades realizaron un plan de actividades que se desarrollarán en todo el año, bajo el lema “Historia, cultura y tradición”, y cuyo objetivo principal es conmemorar con actividades que “valoricen el patrimonio histórico de la ciudad, su cultura y sus habitantes”.
Granada es la ciudad más antigua de Nicaragua y ha sido testigo de innumerables hechos que han dejado una huella indeleble en su paisaje y en su gente, explica a EFE el escritor e historiador nicaragüense Rafael Casanova Fuertes.
La «Gran Sultana», de apariencia morisca y andaluza
Conocida también como la “Gran Sultana”, por su apariencia morisca y andaluza, Granada es la ciudad turística por excelencia de Nicaragua que alberga una arquitectura colonial y neoclásica bien conservada a lo largo de sus 500 años.
«Hay tantas cosas que decir de Granada: a sus 500 años podríamos decir que es una joya turística, conserva su arquitectura, conserva su ciudad, conserva su idiosincrasia», afirma Casanova, también investigador.
Granada contó también con eventos culturales como el Festival Internacional de Poesía, clausurado por el Gobierno en 2022 y que reunió, en su última edición, a 1.500 poetas de 120 países, por lo que era considerado uno de los más importantes de América Latina; y el Festival Internacional de Blues y Jazz, aún vigente.
La Catedral de Granada y la parroquia de la Merced, entre otros edificios coloniales, atestiguan la rica herencia española de la ciudad. Los balcones adornados con enredaderas, candelabros y las plazas sombreadas invitan a perderse en el tiempo.
Además su mercado bullicioso ofrece una variedad de productos locales, desde artesanías hasta el vigorón, un platillo emblemático de esa ciudad, que se prepara a base de yuca y chicharrón, y una ensalada con chile.
Granada ha dado ilustres hijos a Nicaragua, desde presidentes a dirigentes de negocios, políticos e intelectuales, y casi todos dicen haber nacido «en la Calle Atravesada», que data de la colonia, y en la que habita la «rancia» sociedad granadina.
De acuerdo con el historiador, se puede disfrutar también de paseos en coches de caballos por Granada que son únicos en Nicaragua, al igual que el entierro fúnebre, que es cuando el deudo es trasladado en un carruaje tallado en madera y halado por caballos vestidos de maya negra o blanca.
Desde esta ciudad colonial se puede explorar también un archipiélago de más de 365 islotes en el Gran Lago, que se presumen fueron formados hace miles de años por la erupción del volcán Mombacho, el eterno vigilante de Granada.
El volcán, que se ubica al sur de la ciudad y elevado a reserva natural, alberga una de las últimas zonas de selva tropical de Nicaragua.