Al undécimo mes del año; las finanzas públicas alcanzaron un superávit primario de 1,8% del PIB.
Por Revista Summa
A un mes del cierre del año se alcanzó un superávit primario de 1,8% del PIB, equivalente a ¢869.699 millones. Este resultado se debió, principalmente, al control del gasto primario, rubro que apenas creció 0,3%, ubicándose por debajo del crecimiento promedio de los últimos 12 años de 5,4% (2012-2023), al mismo tiempo se situó por debajo en 0,6 p.p. del PIB, si se compara, en términos de PIB (11,7%), con el mismo periodo del año anterior (12,3%).
El pago de intereses de la deuda alcanzó 4,4% del PIB, y presentó un crecimiento de 9,6% interanual, en comparación con el mismo periodo del 2022. Dicho resultado explica el déficit financiero de 2,5% del PIB registrado a noviembre.
A noviembre, el pago por intereses representó 86,3% del total de los recursos presupuestados por este concepto en 2023 (¢2.394.625 millones, 5,1% del PIB 2023).
La tasa de crecimiento de los ingresos totales registrada a noviembre continúa reflejando una significativa desaceleración, pasó de 14,4% a noviembre 20221 a – 1,2% en el mismo periodo del 2023. De igual forma, esto se refleja al comparar la relación de los ingresos a PIB, que pasaron de 14,1% en el 20222 a 13,6% este año, una diferencia de 0,5 p.p. de PIB.
Lo ingresos a noviembre presentaron una leve recuperación de 4,1% y 1,3% para los totales y tributarios, respectivamente, si se compara con el mismo mes del año anterior, explicado, principalmente, por el impuesto único a los combustibles que registró una tasa de crecimiento de 55,2%.
La deuda, de forma preliminar, cerró en 61,5% del PIB a noviembre, una diferencia de 1,5 p.p. de PIB en comparación con el cierre 2022 (63,0% del PIB). Asimismo, esto significó una diferencia de -1,5 puntos porcentuales (p.p.) del PIB, en comparación con el cierre del 2022 (63,0% del PIB 2022).
De acuerdo con el perfil de la deuda del Gobierno Central a noviembre, 55,4% se ubicó a más de cinco años en el plazo de vencimiento; 70,9% a tasa fija y 60,9% denominada en colones.
Se sigue registrando una menor prima por riesgo país, el EMBI Costa Rica alcanzó 245 p.b., una diferencia con el EMBI LATAM (387 p.b.) de 142 p.b. y 80 p.b. con el EMBI GLOBAL (325 p.b.). Esto refleja una clara confianza del mercado internacional en la economía costarricense.
“Estamos por cerrar con un superávit primario por segundo año consecutivo, lograremos alcanzar una relación deuda a PIB cercana al 60%; resultado que se veía casi imposible dos años atrás cuando se esperaba que para el término del 2023 la deuda se ubicara por encima del 70% el PIB. La mejora sustantiva de nuestras finanzas públicas se traduce en una mejor calidad de vida para el pueblo costarricense. Los buenos resultados fiscales que se han alcanzado a lo largo de este año reflejan el gran compromiso de este Gobierno con la estabilidad fiscal y permiten ver con optimismo el porvenir del país en 2024”, destacó el ministro de Hacienda, Nogui Acosta Jaén.
Para el Jerarca “los resultados del trabajo del año se convierten en una motivación para seguir defendiendo nuestro Estado social de derecho. Que este panorama sea un llamado a preservar la estabilidad financiera, construyendo así un futuro prometedor de esperanza, prosperidad y desarrollo para toda la población”.
Para el 2024 Hacienda continuará con el mismo compromiso de lograr que las finanzas públicas se ubiquen en una senda sostenible. Entre los objetivos están los siguientes:
i) Alcanzar un superávit primario de 1,85% del PIB,
ii) Lograr el punto máximo de crecimiento de la relación de pago de intereses a PIB y luego, que dicha relación empiece a decrecer
iii) Lograr al cierre del 2025 que la deuda a PIB se ubique por debajo del 60%, aspecto de gran relevancia para el país.