Según analista, el argumento de Costa Rica para solicitar visa a los hondureños no se justifica, porque el crimen organizado es un «problema de toda la región.
Por EFE
La exigencia costarricense de visas a los ciudadanos hondureños por razones de «seguridad nacional», a la que ha respondido Honduras con reciprocidad, es una decisión que puede tener repercusiones políticas, económicas y diplomáticas en el marco del proceso de integración centroamericana, advierten personalidades y analistas.
Desde este martes 10 de octubre rige entre ambos países la exigencia de visa consular, medida que Costa Rica anunció el pasado viernes por razones de «seguridad nacional» y la justificó diciendo que recientemente ha identificado bandas de sicarios y grupos criminales integrados por hondureños.
Honduras respondió exigiendo también desde el martes visa consular a los costarricenses y ese mismo día informó sobre las dos primeras personas a las que les negó el ingreso al país.
Afectación a la integración centroamericana
El expresidente de Costa Rica e historiador Luis Guillermo Solís dijo a EFE que desconoce si el Gobierno costarricense advirtió de la medida a Honduras o si hubo conversaciones previas, pero afirmó que sin duda la situación tendrá «impactos más allá de lo migratorio».
«Afecta de manera directa ámbitos de la integración regional como los comerciales, los diplomáticos, los financieros y el derecho de libre tránsito en una zona que tiene una serie de problemas compartidos que no pueden prescindir de acciones coordinadas», declaró Solís.
El expresidente, que gobernó entre 2014 y 2018, recordó que los países tienen la soberanía de tomar decisiones sobre asuntos migratorios, pero que se deben tomar en cuenta consideraciones de otra índole.
Solís prevé que el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), que agrupa a todos los países de la región, «no traspasará la prudencia diplomática» pero probablemente expresará su «preocupación de que esta medida pudiera producir afectación sobre las realidad de la integración, particularmente en materia comercial».
Otro que ha criticado la medida es el expresidente costarricense y Premio Nobel de la Paz, Óscar Arias, quien ha instado al Gobierno a «rectificar» ante una «disposición tan perjudicial» que, considera, afectará el comercio, el turismo y las inversiones en la región.
Por su parte, el analista hondureño Graco Pérez dijo a EFE que la exigencia costarricense de visas a los hondureños hace que la región sea «menos atractiva» a la inversión y no contribuye a la integración centroamericana, ya que afecta la circulación de personas y también de bienes.
Pérez lamentó que los países centroamericanos no logren ponerse de acuerdo para «dinamizar la economía y avanzar en la integración».
«Lo que tenemos es una lucha por estar bloqueando países que deberían estar trabajando de forma armónica para tratar de desarrollar la región», subrayó.
Según el analista, el argumento de Costa Rica para solicitar visa a los hondureños no se justifica, porque el crimen organizado es un «problema de toda la región».
El canciller de Honduras, Eduardo Enrique Reina, dijo este lunes que la visa que exige Costa Rica a los hondureños “es un retroceso y un trámite engorroso» para los hondureños que viajan normalmente por temas comerciales o de estudio.
Revisión de la medida
Este miércoles, durante su conferencia de prensa semanal, el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, defendió la decisión de exigir visa a los hondureños, pero se comprometió a revisar la medida «en los próximos meses».
«Obviamente somos un pueblo hermano con los hondureños. Me comprometo aquí y ante el pueblo hondureño a revisar estas medidas de la manera más constructiva en los próximos meses», declaró Chaves, quien dijo haber conversado con la mandataria hondureña, Xiomara Castro.
El presidente justificó la medida debido a «información fehaciente» sobre la presencia de grupos delictivos integrados por hondureños que se dedican, entre otras cosas, al sicariato.
«La detención de un exmilitar hondureño que vino a matar a alias «Shock» con armas de guerra y algunos otros vinieron a establecer escuelas de sicariato. ¿Creen que voy a ver la balanza comercial entre Costa Rica y Honduras para avalar la recomendación del Ministerio de Seguridad? Prioridades son prioridades y tomar decisiones es la demostración de la prioridad del Gobierno», manifestó Chaves.
Costa Rica superó el martes los 700 homicidios, la cifra más alta de su historia, y la mayoría de estos crímenes son atribuidos por las autoridades a sicarios y la lucha entre bandas narcotraficantes.