Las autoridades panameñas y costarricenses ya se han reunido en anteriores ocasiones para abordar la crisis migratoria y buscar soluciones conjuntas.
Por EFE
El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, llegó este jueves a Panamá para reunirse con su homólogo panameño, Laurentino Cortizo, en la peligrosa selva del Darién, fronteriza con Colombia, con el fin de analizar la crisis migratoria que afecta a ambos países centroamericanos.
El presidente costarricense llegó a Ciudad de Panamá sobre las 16:30 hora local (21:30 GMT) y fue recibido por la canciller panameña, Janaina Tewaney Mencomo.
“(Tenemos una) constante coordinación (ambos países). Pudiéramos iniciar con ideas y alternativas bilaterales, que es la estrategia que se repite luego en un nivel más regional”, dijo a los medios Tewaney Mencomo.
Chaves por su parte no brindó declaraciones.
Está previsto que Cortizo y Chaves se reúnan mañana en el Darién, uno de los puntos más peligrosos de la ruta migratoria regional que se dirige hacia Norteamérica.
Según informó este jueves la cancillería panameña, ambos presidentes “abordarán temas relacionados con el ingreso ilegal e irregular de migrantes” y “revisarán la estrategia para disminuir ese flujo entre ambos países”.
Las autoridades panameñas y costarricenses ya se han reunido en anteriores ocasiones para abordar la crisis migratoria y buscar soluciones conjuntas.
Una de esas medidas que ambos gobiernos han conversado es que los buses panameños que llevan a los migrantes no los dejen en Paso Canoas, frontera común, sino en otro lugar más distante dentro del territorio costarricense, de acuerdo con la información oficial.
Chaves ha hecho una serie de encuentros de ministros en los últimos meses para abordar la crisis migratoria, mientras que Cortizo se ha reunido con el presidente colombiano, Gustavo Petro, en EE.UU.
Más de 400.000 migrantes irregulares han cruzado por el Darién, siendo la mayoría venezolanos, en lo que va de año, según cifras oficiales, que superaran el récord histórico del año pasado cuando atravesaron esa peligrosa selva 248.000 transeúntes y los 133.000 de 2021.
Panamá prevé llegar al medio millón de personas que cruzan la selva este año, mientras que los organismos humanitarios y las autoridades panameñas -presentes en esa zona- ya están desbordados.
Esta situación está impactando a la par a Panamá y Costa Rica, como países de tránsito, y ha causado una leve tensión en la frontera común con los lugareños de la zona, por la cantidad de migrantes que se aglomeran allí.
Ambos países aplican una estrategia de flujo controlado, que implica que los migrantes deben tomar buses en sus fronteras, que deben sufragar los propios viajeros, para ser llevados directamente a los límites con Costa Rica, en el caso panameño, y con Nicaragua, en el caso tico.
América vive una imparable crisis migratoria sin precedentes con la oleada masiva de transeúntes en camino hacia EE.UU. o Canadá desde el sur del continente, que comenzó en 2015 con el tránsito de miles de cubanos y se ha agudizado este año pese a la insistencia de los países en incitar a migrar de manera segura.