En el caso de Honduras, la crisis climática dejó de ser una amenaza desde hace mucho tiempo.
Por EFE
Las consecuencias que la crisis climática tendrá en Centroamérica van a exigir la toma de medidas drásticas que tengan en cuenta a la naturaleza como parte de la solución, según la experta española Melinka Nájera.
En declaraciones a EFE en la ciudad de La Ceiba, en el Caribe de Honduras, donde la semana pasada se celebró el Foro de Turismo Sostenible y Cambio Climático 2023, Nájera indicó que muchas de las comunidades locales a nivel del mar o de las costas, que son «uno de los grandes atractivos que tiene esta región, son vulnerables y se van a ver afectados por la subida del nivel del mar».
Ahora mismo, por los grandes eventos climáticos extremos, las regiones costeras centroamericanas están en una «alta vulnerabilidad», por lo que «hay que tomar medidas drásticas para hacer frente a lo que se viene y parte de estas medidas es tomar la naturaleza como parte de una solución», subrayó.
Centroamérica una de las regiones más vulnerables
Según Nájera, especialista temática de la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (UICN) y coordinadora del Proyecto Regional Enlazando el Paisaje Centroamericano, residente en Costa Rica, ante la realidad que vive la región se deben «establecer realmente sistemas que ecológicamente puedan responder y minimizar parte de los impactos que puede tener el cambio climático».
Además, se debe proporcionar medios de vida a las personas que forman parte integral de la solución, valorando los ecosistemas, las áreas protegidas, con comunidades haciendo un equilibrio entre conservación y desarrollo sostenible, añadió.
Nájera enfatizó que se debe volver a prácticas más tradicionales, integrando las comunidades y generando realmente una simbiosis entre ambos sectores.
La experta resaltó que «Centroamérica es una de las regiones más vulnerables al cambio climático» y que los eventos climáticos se están viendo exacerbados, con sequías en algunas épocas y las inundaciones en otras, «que realmente tienen impactos negativos sobre medios de vida».
Uno de los retos es establecer sistemas de áreas protegidas
Uno de los sectores más afectados es la agricultura y sus cosechas en la época de sequías, aunque igual sucede cuando hay muchas inundaciones que dejan pérdidas numerosas, acotó.
Los retos que ahora tiene la región centroamericana, según dijo Nájera, son «establecer sistemas de áreas protegidas representativos conectados, gobernados, de una manera efectiva y que por lo tanto sean manejados de manera efectiva».
Además, los países centroamericanos deben cumplir con compromisos internacionales de metas de biodiversidad que están establecidas en el marco global de biodiversidad, afirmó Nájera.
Sobre las áreas protegidas en la región, Nájera considera que Centroamérica, a nivel de superficie ha cumplido las metas y los diferentes compromisos que ha contraído, «pero en términos del manejo efectivo, equitativo y de plena gobernanza, todavía queda mucho trabajo por hacer».
La UICN es el organismo internacional más grande y más antiguo del mundo que trabaja por la conservación y está constituido por diferentes instituciones, ONG, países y gobiernos de diferentes partes del planeta.
En el caso de Honduras, la crisis climática dejó de ser una amenaza desde hace mucho tiempo, según expertos, que con frecuencia recuerdan que el país, uno de los más vulnerables del mundo, sufre todos los años severas pérdidas por las largas temporadas de sequía o por las lluvias cuando son intensas, principalmente en la temporada de huracanes, entre junio y noviembre, en el Caribe.
En el Golfo de Fonseca (Pacífico), que Honduras comparte con El Salvador y Nicaragua, hay comunidades como la de Cedeño, que literalmente el mar se la está comiendo, afectando a muchas familias pobres que han vivido a orillas de la playa.
Parte del oriente, todo el sur y una franja grande del occidente del país, todos los años sufren pérdidas en la agricultura, la ganadería y el turismo, entre otros sectores, por la crisis climática.