El ingreso de China como observador permanente del Parlacen fue propuesto por la bancada nicaragüense.
Por EFE
Taiwán lamentó hoy su salida del Parlamento Centroamericano (Parlacen) después de que este organismo aprobara la incorporación de China como Estado observador en su lugar.
El Parlamento aprobó una moción impulsada por Nicaragua que insta a sus miembros a reconocer a Pekín como el «representante legítimo del pueblo chino».
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán expresó en un comunicado publicado en su página web su «más enérgica protesta» por esta decisión.
La Cancillería taiwanesa confirmó su salida del Parlacen «para proteger su soberanía y dignidad».
Asimismo, acusó a Nicaragua y a China de manipular el Parlacen para socavar los intereses y la posición de Taiwán en la región centroamericana.
La Cancillería advirtió de «la intención de China de destruir la democracia en Centroamérica y su ambición de expandirse en la región».
La cartera reiteró que la República de China (nombre oficial de Taiwán) es «un país soberano e independiente» y que no forma parte de la República Popular China y aseguró que «no sucumbirá a las amenazas civiles y militares» de Pekín.
El Parlamento Centroamericano aprobó este lunes en Managua, por mayoría de votos, la incorporación de la República Popular China como Estado observador de ese órgano, y revocó la calidad de observador permanente de Taiwán.
El ingreso de China como observador permanente del Parlacen fue propuesto por la bancada nicaragüense y la iniciativa obtuvo el respaldo de la mayoría de los parlamentarios
Belice y Guatemala son los dos únicos socios diplomáticos que le quedan a Taiwán en Centroamérica después de que el pasado 26 de marzo Honduras rompiera sus nexos con Taipéi para establecerlos con China.
En marzo pasado, Honduras se sumó a Costa Rica (2007), Panamá (2017), El Salvador (2018) y Nicaragua (2021), que en los últimos años rompieron sus relaciones con Taiwán en favor de la República Popular China.
Taiwán -adonde se retiró el ejército nacionalista chino tras la derrota a manos de las tropas comunistas en la guerra civil- se ha gobernado de manera autónoma desde 1949, aunque China reclama la soberanía sobre la isla, a la que considera una provincia rebelde para cuya «reunificación» no ha descartado el uso de la fuerza.