Un 35% de ahorro de energía logra la empresa, gracias a sus plantas fotovoltaicas.
Por Revista Summa
Con una exitosa trayectoria de 117 años en el manejo de hoteles y desarrollo de proyectos inmobiliarios corporativos y comerciales de clase mundial en la región, esta empresa salvadoreña se destaca por poseer una fuerte cultura organizacional, enfocada en el propósito de impulsar comunidades prósperas, humanas y sostenibles, y con claros valores corporativos que guían sus acciones y decisiones.
“Tenemos más de un siglo de constancia en el trabajo, gracias al esfuerzo de muchas personas que han contribuido a forjar una empresa que se enfoca en el respeto de sus colaboradores y del medio ambiente, acompañando el desarrollo y la sostenibilidad de la sociedad. También hemos desarrollado una gobernanza que ha ido madurando de acuerdo con los cambios del entorno y a las sucesiones internas de nuestra familia”, dice Eduardo Quiñónez, presidente de Grupo Agrisal.
Desde los inicios de Agrisal, su patriarca, viniendo de raíces muy humildes, se enfocó en enseñar a sus descendientes y colaboradores el honor por el trabajo bien hecho, el esfuerzo y el empeño, así como el valor de la constancia y de perseverar, a pesar de los momentos difíciles.
“¡Nosotros honramos cada día nuestro legado familiar! Esas enseñanzas de don Rafael Meza Ayau han sido transmitidas a través de los años a todo el equipo y continúan vigentes en Agrisal y en las seis generaciones de sus descendientes”, afirma Quiñonez.
Precisamente, considerando que es hora de que las organizaciones cambien de una mentalidad de supervivencia a una de prosperidad, este año la empresa centenaria renovó su cultura organizacional, con el fin es adaptarse a estos tiempos de continua disrupción. Sin embargo, su ética y sus valores se mantienen incólumes.