Proyecto beneficia a mujeres y pescadores de la zona, así como a 10 hectáreas del manglar en Bahía Thomas.
Por Revista Summa
Dar continuidad al proceso de restauración del manglar, ubicado en Bahía Tomas, en La Cruz, Guanacaste, y apoyar a la Cooperativa de mujeres de Cuajiniquil – Coopemprendedoras es lo que pretende la reciente alianza entre Davivienda, la Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ), el Área de Conservación Guanacaste (ACG) y la Fundación de Parques Nacionales de Costa Rica (FPN).
Se espera que durante este 2023, se logren restaurar cerca de tres hectáreas y dar seguimiento a la conservación de 10, que comprenden la porción dañada del manglar, para así lograr que estas se conviertan en un ecosistema físicoquímicamente apto para albergar biodiversidad.
Actualmente, se están realizando acciones de biomonitoreo y adecuación de canales para lograr bajar la salinidad en donde no se ha podido dar la regeneración natural. Hace algunas semanas voluntarios de Davivienda participaron en las labores de limpieza de canales y de cajas sedimentadoras.
El director general de Davivienda Seguros, Roy Cole, comentó el compromiso de la institución en buscar constantemente iniciativas que permitan aportar al cambio climático y evitar la pérdida de biodiversidad en los ecosistemas naturales.
“En Davivienda trabajamos constantemente apegados a nuestro principio superior de enriquecer la vida con integridad, esto nos lleva a hacer consciencia y reconocer que los manglares también son nuestra casa. Desde el 2020 el ACG con fondos de otros cooperantes iniciaron las labores de restauración del manglar, sin embargo, aún quedan acciones de restauración importantes por ejecutar. Para continuar con esta iniciativa desde Davivienda Seguros hemos decidido aportar al proyecto ₡2000 por cada póliza vendida y así garantizar la estabilidad de al menos 10 hectáreas de este importante ecosistema”, detalló Cole.
Además de los fondos destinados por Davivienda Seguros, que para este año rondan los ₡20 millones, este proyecto fue acogido por el programa regional de Davivienda “Restaurando Ecosistemas y Economías locales” de Davivienda El Salvador, Honduras y Costa Rica, mismo que fue premiado por GIZ, y que permitirá destinar recursos adicionales a la iniciativa.
En este momento, la comunidad de Cuajiniquil, es la zona que se ve mayormente beneficiada ambiental, social y económicamente por la restauración del manglar, este último reflejado en más de 500 pescadores y en el reforzamiento de la gestión que realizan varias mujeres del lugar a través de la cooperativa.
“La cooperativa de mujeres ya tiene varios años de existir. Su trabajo consiste en preparar comida y venderla en diferentes ferias y eventos. Sin embargo, no cuentan con un inmueble que les facilite estas acciones. Hace algún tiempo ellas han venido realizando gestiones para conseguir un “food truck”, que les facilite su trabajo.
El reconocimiento por parte de GIZ permitirá delimitar el plan de negocio del “food truck” y aportar dicho bien, así como un plan de comercialización e implementos para facilitar la gestión de la cooperativa en torno a este proyecto”, añadió el directivo.
Por su parte, Kathrin Russner, directora del programa IR Verde de la GIZ agregó: “La GIZ, busca impulsar y apoyar actividades económicas sostenibles para la generación y mantenimiento de empleos. Con esta alianza se estarán impulsando modelos de negocios sostenibles en las comunidades aledañas a los ecosistemas del manglar en los cuales Davivienda apoya programas de conservación en los países que opera en Centroamérica, por lo que queremos fortalecer el rol del sector privado en respuesta a la crisis climática provocada por la pérdida de la biodiversidad”.
Se espera que conforme avance el proyecto más comunidades, especialmente del norte de Guanacaste puedan verse favorecidas con la mejora del ecosistema marino.
Los manglares son unos de los ecosistemas que más carbono capturan y fijan; además brindan muchos otros servicios ambientales, como criadero de especies comerciales, protección de costas, hábitat para aves migratorias, purificación de agua, entre otros.
El Área de Conservación Guanacaste, resguarda los pocos ecosistemas de bosque tropical seco que quedan en el mundo y el biomonitoreo en este ecosistema está generando datos de línea base relevantes para la comunidad científica.