Abordar tanto los cuellos de botella de las infraestructuras como los del suministro de insumos (por ejemplo, fertilizantes y semillas) es fundamental para un sistema de suministro de alimentos eficiente.
Por EFE
Las agencias de la ONU implicadas en la seguridad alimentaria, junto al Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), pidieron hoy medidas urgentes frente a la crisis mundial por la escasez de alimentos, agravada por la guerra en Ucrania y las catástrofes naturales.
«Los alimentos siguen estando fuera del alcance de muchos debido a los altos precios y a las perturbaciones meteorológicas. Se prevé que el número de personas que se enfrentan a la inseguridad alimentaria aguda en todo el mundo siga aumentando», indican los responsables de estas organizaciones en una declaración conjunta.
Eso, «a pesar de la mejora de los precios mundiales de los alimentos y de la reanudación de las exportaciones de grano desde el Mar Negro», porque «la guerra en Ucrania sigue agravando la crisis mundial de seguridad alimentaria y nutrición, con precios elevados y volátiles de la energía, los alimentos y los fertilizantes, políticas comerciales restrictivas e interrupciones en la cadena de suministro».
En el llamamiento, en el que también participan la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), se indica que «los mercados de fertilizantes siguen siendo volátiles, especialmente en Europa, donde la escasez de gas natural y los altos precios han hecho que muchos productores de urea y amoníaco detengan sus operaciones».
«Esto puede reducir las tasas de aplicación de fertilizantes para la próxima temporada de cultivos, prolongando y profundizando el impacto de la crisis», explican.
Destacan un «progreso considerable» en los últimos meses en «cuatro áreas clave»: las medidas de asistencia social, la exportación de más de 3 millones de toneladas de cereales y alimentos desde Ucrania, la tendencia a la baja de las medidas restrictivas del comercio y el apoyo financiero internacional a los países más vulnerables.
«Mantener el impulso en estos frentes y crear resiliencia para el futuro requerirá un esfuerzo global y coordinado continuado para apoyar la producción y el comercio eficientes, mejorar la transparencia, acelerar la innovación y la planificación conjunta e invertir en la transformación de los sistemas alimentarios», indican los responsables de la FAO, el PMA, el FMI, el BM y la OMC.
Mencionan medidas a tomar por los gobiernos como «reexaminar urgentemente sus intervenciones en el comercio y el mercado agrícola, como las subvenciones y las restricciones a la exportación, para identificar y minimizar las distorsiones» y «proporcionar los datos y recursos necesarios para apoyar el Sistema de Información del Mercado Agrícola (AMIS), que mejora la transparencia de los mercados alimentarios».
Asimismo deben comprometerse a favor de la innovación agrícola, «crucial para hacer frente a los desafíos a largo plazo que el cambio climático, la degradación de la tierra y los ecosistemas, las plagas y las enfermedades transfronterizas de las plantas y los animales».
Y, por último, «reforzar la resistencia de los sistemas alimentarios a los riesgos, incluidos los conflictos, los fenómenos meteorológicos extremos, las crisis económicas y las enfermedades, que es fundamental para la respuesta a largo plazo»
«Abordar tanto los cuellos de botella de las infraestructuras como los del suministro de insumos (por ejemplo, fertilizantes y semillas) es fundamental para un sistema de suministro de alimentos eficiente», concluyeron.