La mayoría de los partidos políticos representados en el Congreso para el periodo 2022-2026 ya han manifestado que no ratificarán el Acuerdo de Escazú.
Por EFE
El presidente electo de Costa Rica, Rodrigo Chaves, aseguró este martes que durante su Gobierno el país no ratificará el Acuerdo de Escazú, considerado el primer gran pacto ambiental latinoamericano y que lleva como nombre la ciudad costarricense donde fue firmado.
«El Acuerdo de Escazú no lo veo, no creo que sea beneficioso para le país. Todo lo que incluye el acuerdo está contemplado en nuestra legislación», expresó Chaves a la prensa en un evento en el que presentó a parte del gabinete que lo acompañará en su Gobierno que comenzará el próximo domingo.
Chaves enfatizó en que todo lo que contiene en Acuerdo de Escazú ya se incluye en las leyes de Costa Rica, con excepción de una parte que, a su juicio, permitiría a cualquier persona frenar inmediatamente proyectos de inversión privada con el solo hecho de denunciar que hay un daño al ambiente.
Ese mismo argumento es el que han utilizado las cúpulas empresariales del país para expresar su rechazo a la iniciativa ambiental.
«El sector privado debe de estar tranquilo de que el Acuerdo de Escazú no está en la agenda del Gobierno», manifestó Chaves.
El presidente electo agregó que «es muy preocupante» que en un momento en que necesitan «reactivación económica haya la posibilidad en el Acuerdo de Escazú de atrasar de manera injustificada y arbitraria proyectos de inversión».
El Acuerdo de Escazú, considerado el primer gran pacto medioambiental de Latinoamérica y pionero en la protección de los ambientalistas, impulsa además el acceso a la información, la participación pública y el acceso a la justicia en asuntos ambientales.
El documento fue adoptado el 4 de marzo de 2018 en el municipio de Escazú, Costa Rica, y de los 24 países que lo firmaron, solo 12 lo han ratificado: Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, Ecuador, Guyana, México, Nicaragua, Panamá, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y Uruguay.
Tras la adopción del instrumento, el Gobierno costarricense fue uno de los principales impulsores de la ratificación en los países, pero tras 4 años sigue empantanado en el Congreso y con pocas expectativas de que sea ratificado.
En marzo pasado, el presidente Carlos Alvarado, que terminará su mandato de 4 años el próximo domingo, calificó como una «vergüenza para Costa Rica» que el Congreso no haya ratificado el instrumento, al que considera como «una política fundamental en el marco de la protección y la transparencia».
El ecologista y profesor universitario Mauricio Álvarez dijo recientemente a Efe que lo que ocurre con el Acuerdo de Escazú es un ejemplo del «doble discurso» que existe en el país en materia ambiental.
«Uno puede usar muchos calificativos como vergüenza, doble discurso, luz en la calle y oscuridad en la casa», agregó.
Costa Rica es un país reconocido internacionalmente por sus políticas ambientales que le han permitido proteger cerca de la tercera parte de su territorio, donde alberga alrededor del 6 % de la biodiversidad mundial.