220 integrantes de 20 organizaciones de mujeres emprendedoras, en zonas costeras y rurales, recibieron apoyo de programa que busca romper el ciclo de pobreza.
Por Revista Summa
Con el propósito de compartir aprendizajes y experiencias que impactaron a aproximadamente 35.000 personas en situación de vulnerabilidad, el “Programa Conjunto Fortalecimiento de la Estrategia Puente al Desarrollo para romper el ciclo de la pobreza a nivel local, con perspectiva de género y ambiental”, presentó sus resultados este miércoles 30 de marzo.
Este programa contempló dos líneas de trabajo, una relacionada al fortalecimiento de las instituciones gubernamentales vinculadas a programas nacionales de protección social y aceleramiento en el trabajo de los nuevos componentes de la Estrategia Puente al Desarrollo, y el otro asociado al apoyo de organizaciones y emprendimientos locales liderados por mujeres.
El Programa Conjunto fue un ejercicio de diseño y trabajo colaborativo impulsado por el Gobierno de Costa Rica, con el liderazgo del Ministerio de Desarrollo Humano e Inclusión Social, y por el Sistema de las Naciones Unidas en Costa Rica.
La presentación de resultados mostró algunos de los principales logros alcanzados durante la ejecución del programa que arrancó en 2020 y que llega a su finalización en marzo de este año. La inversión para este programa, de dos millones de dólares, fue aportada por el “Fondo Conjunto para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas”. Con este dinero fue posible impulsar, en medio de un contexto de limitaciones fiscales, un esfuerzo en el que participaron tanto instituciones gubernamentales como el IMAS, el INAMU, el MAG y el MTSS, así como las agencias de las Naciones Unidas PNUD, FAO, OIT y ONU Mujeres, todas ellas unidas para generar sinergias efectivas para la reducción de la pobreza, aún pese a las dificultades que conllevó la pandemia de COVID-19 para la ejecución de las acciones previstas.
El Ministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social y Presidente Ejecutivo del IMAS, Juan Luis Bermúdez Madriz indicó que “la política pública se transforma en valor público cuando coloca al ser humano -sus necesidades, capacidades y aspiraciones- en el centro de la toma de decisiones.
La ampliación de la Estrategia Puente al Desarrollo y los Objetivos de Desarrollo Sostenible han permitido que las instituciones fortalezcan sus enfoques de género y multidimensionalidad en el abordaje de la pobreza, a partir de proceso de innovación social desarrollados en tres cantones prioritarios Buenos Aires, Puntarenas y Limón. Estos aprendizajes cimentan y aceleran la ruta hacia la Agenda 2030 como compromiso común de todos los actores del Estado costarricense”.
Asimismo, Allegra Baiocchi, Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Costa Rica, manifestó que “este Programa Conjunto es una muestra de cómo el Sistema de las Naciones Unidas y los gobiernos nacionales pueden actuar de forma conjunta y efectiva para acelerar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, tanto para fortalecer la gestión de las instituciones de protección social como para impulsar el empoderamiento económico de las mujeres, desarrollando nuevo modelos de intervención en las comunidades y llegando hasta las personas que más lo necesitan, para enfrentar las barreras estructurales que causan desigualdades y la feminización de la pobreza”.
Logros relevantes en tres cantones
El Programa Conjunto Fortalecimiento de la Estrategia Puente al Desarrollo apoyó iniciativas productivas donde las beneficiarias directas fueron mujeres en condición de pobreza o vulnerabilidad socioeconómica provenientes de los cantones de Buenos Aires, Puntarenas y Limón. Ellas recibieron fondos no reembolsables de capital semilla, capacitación, asistencia técnica, asesoramiento financiero y acompañamiento para fortalecer múltiples emprendimientos locales.
En Buenos Aires de Puntarenas, el programa apoyó a siete agrupaciones lideradas por mujeres en territorios indígenas, que incluyeron a 67 mujeres beneficiarias directas y a más de 200 personas beneficiadas indirectamente. Se estimularon actividades productivas como la elaboración de artesanías y textiles, el turismo y actividades agropecuarias. Estas organizaciones recibieron soporte técnico en temas como agricultura orgánica, carbono-neutralidad, gestión de proyectos, presupuestación y mercadeo en redes sociales.
Por su parte, en el cantón de Limón, se impulsó a seis agrupaciones productivas, lo que implicó aproximadamente 85 personas beneficiadas directamente y 362 beneficiadas indirectamente, en su gran mayoría mujeres, muchas de ellas afrodescendientes, indígenas, personas con discapacidad o jefas de hogar. El programa favoreció el desarrollo de una red de emprendedoras cuyo objetivo fue generar encadenamientos y desarrollo económico en iniciativas como la elaboración de productos cosméticos naturales, productos de coco y sus derivados, elaboración de artesanías, producción de plantas medicinales y ornamentales, entre otras.
En el cantón de Puntarenas se brindó soporte a seis organizaciones, a través de asistencia técnica y financiamiento para infraestructura, con el fin de fortalecer los modelos de negocio de las organizaciones con un enfoque de sostenibilidad ambiental e igualdad de género. Tras una inversión superior a los US$60 mil, se benefició directamente a 68 mujeres e indirectamente a más de 200 personas. Los proyectos apoyados incluyeron temáticas variadas como la confección de señuelos artesanales y ecológicamente sostenibles para la pesca deportiva, la producción y comercialización de huevos de semi pastoreo; el turismo ecológico, la producción de ostras, la horticultura para consumo y venta e incluso la restauración del manglar.
Apoyo a instituciones estatales
El Programa Conjunto también contribuyó a la mejora en la gestión y desempeño de instituciones gubernamentales relacionadas a la reducción de la pobreza y el impulso al desarrollo. El apoyo del programa contribuyó al fortalecimiento de herramientas, recursos y capacidades para la inclusión de las perspectivas de género y ambiental en políticas y procedimientos institucionales, en la mejora de proceso de gestión y asociatividad interinstitucional y en la atención a poblaciones en condición de vulnerabilidad dentro de la Estrategia Puente al Desarrollo, específicamente en los componentes de Bienestar, Agro y Trabajo.