El próximo domingo 3 de abril estarán convocados a las urnas 3,5 millones de costarricenses para elegir al presidente para el periodo 2022-2026.
Por EFE
Costa Rica elegirá presidente este domingo 3 de abril con la mirada puesta en asuntos urgentes como la estabilidad de las finanzas públicas, la generación de fuentes de trabajo, la reducción de la pobreza y el destino de un acuerdo financiero con el Fondo Monetario Internacional (FMI), los cuales impactarán en el futuro cercano de esta nación acostumbrada a índices positivos de desarrollo.
Históricamente Costa Rica ha sido una de las naciones más prósperas de Latinoamérica con indicadores de primer mundo en salud y educación, pero en los últimos años ha venido sufriendo un deterioro en sus finanzas públicas y en los índices de pobreza y desempleo.
El actual mandatario, Carlos Alvarado, consiguió la aprobación de una reforma fiscal en 2018 que era rechazada por sindicatos y organizaciones de la sociedad civil, y por la cual hubo una huelga que se extendió por casi tres meses, principalmente en el sector educativo.
Alvarado consideró que esa reforma era urgente para frenar el déficit fiscal y el crecimiento de la deuda, pero los resultados de su implementación no han sido visibles pues en 2020 llegó la pandemia de la covid-19 y el consecuente golpe a la economía del país.
EL ACUERDO CON EL FMI
En busca de una mayor estabilidad y de mejorar la credibilidad internacional, a inicios de 2021 Costa Rica suscribió un acuerdo financiero con el FMI por 1.778 millones de dólares con desembolsos periódicos durante tres años, y en el cual el Gobierno se comprometió a una serie de metas de reducción de deuda y de gasto, y aumento de ingresos.
El acuerdo ha estado lleno de polémica, incluso entre los dos candidatos a la Presidencia que disputarán la segunda ronda: el economista, exministro de Hacienda y exfuncionario del Banco Mundial Rodrigo Chaves y el expresidente de Costa Rica entre 1994 y 1998, José María Figueres.
Ambos coinciden en la importancia del acuerdo, pero difieren en ciertos puntos.
Chaves ha prometido renegociar el acuerdo con el FMI en relación con la forma en que se cumplirán las metas, pues cree que no es necesario apostar por incremento de impuestos.
Figueres, por su parte, ha anunciado que buscará ajustes en algunas propuestas presentadas por el Gobierno al FMI.
Costa Rica propuso al FMI una serie de iniciativas como la reforma al empleo público, que fue aprobada por el Congreso costarricense este mes y que establece un salario global, además de la reducción de pluses salariales.
El acuerdo con el FMI también tiene otros proyectos polémicos como es el caso de un impuesto a las «casas de lujo» y de un impuesto de renta global dual que unifique varios esquemas tributarios.
Costa Rica cerró 2021 con un déficit fiscal de 5,18 % del producto interno bruto (PIB) y el déficit primario fue del 0,28 % del PIB, mientras que la deuda se ubicó en el 70,37 % del PIB.
EL DESEMPLEO
El desempleo en la pandemia llegó a estar en la histórica cifra del 24 %, pero en 2021 comenzó a reducirse hasta llegar al 13,7 % a inicios de 2022, aún por encima del 12 % que registraba el país antes de la emergencia sanitaria.
«Bajar de ese 12 % es uno de los grandes desafíos, pero no hay que perder de vista el empleo informal que supera el 40 %. Esa es otra arista a la que el próximo presidente debe prestar atención, ya que es urgente, no solo generar empleos, si no que sean de calidad», dijo a Efe el economista Esteban Martínez.
Figueres ha prometido un programa de empleo para generar 200.000 puestos de trabajo en 2 años, y otro para construir 160.000 casas.
«La pobreza es una cicatriz que llevamos en el alma del país y la pobreza extrema de 435.000 personas es una vergüenza nacional y junto al desempleo, se debe a las pésimas políticas que hemos tenido. Vamos a reactivar la economía entre un 5 % y un 6 % anual», expresó Figueres.
En su propuesta, Chaves ha dicho que eliminará las trabas a la inversión y el emprendimiento, y además que reducirá las cargas sociales y modificará el Código de Trabajo para ajustarlo a la época actual.