En Costa Rica, para ganar en primera vuelta es necesario obtener al menos el 40 % de los votos válidos.
Por EFE
Las vallas en carreteras, anuncios en televisión y en redes sociales son las principales vías con las que los 25 candidatos presidenciales de Costa Rica están tratando de exponer su propuestas en un ambiente que ha calentado poco a un mes de las elecciones presidenciales y legislativas.
El próximo 6 de febrero 3,5 millones estarán convocados a las urnas para elegir al presidente y los 57 diputados del Congreso para el periodo 2022-2026, un proceso electoral marcado por la histórica cantidad de aspirantes presidenciales y por la pandemia de la covid-19.
Ante la imposibilidad de realizar eventos masivos debido a la pandemia, los candidatos han apostado por actividades pequeñas en comunidades, por promocionarse en vallas en carreteras o en anuncios de televisión y redes sociales.
Después de la tregua de ley en las fechas de navidad y año nuevo, la campaña se ha comenzado a intensificar en los primeros días de enero.
«La lucha principal de los candidatos será por convencer a la masa de indecisos en un panorama que hace prever una inminente segunda ronda», dijo a Efe el analista político Francisco Álvarez.
Las encuesta más reciente del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la estatal Universidad de Costa Rica, publicada a mediados de diciembre pasado, daba cuenta de que los indecisos ascienden al 41 % de las personas decididas a votar y que ningún candidato se perfila a ganar en primera ronda.
En Costa Rica, para ganar en primera vuelta es necesario obtener al menos el 40 % de los votos válidos.
El estudio indica que el candidato del Partido Liberación Nacional (socialdemócrata), el expresidente José María Figueres (1994-1998), es quien lidera la intención de voto con un 17,2 % de apoyo, seguido por la aspirante del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), la exvicepresidenta Lineth Saborío (2002-2006), con un 15,1 %.
Luego aparece un bloque de tres candidatos empatados: el pastor evangélico del Partido Nueva República Fabricio Alvarado (6,9 %); el abogado del izquierdista Frente Amplio José María Villalta (6,8 %) y el economista del Partido Progreso Social Democrático Rodrigo Chaves (6,2 %).
De los restantes 20 candidatos inscritos, hay doce que tienen niveles de preferencia que «no son significativamente distintos de 0», reseña la encuesta.
La gran cantidad de candidatos inscritos también supone un reto para el Tribunal Supremo de Elecciones que organizará entre el 9 y el 12 de enero 4 debates, 3 de ellos con 6 aspirantes y 1 con 7, ordenados de acuerdo con su posición en la papeleta.
UNA CAMPAÑA CENTRADA EN LO ECONÓMICO
Los mensajes principales de la campaña política se han dirigido con especial énfasis a los económico con lemas como «No más impuestos», en alusión a las polémicas reformas tributarias que ha impulsado el actual gobierno del presidente Carlos Alvarado, del centroizquierdista Partido Acción Ciudadana.
Propuestas que van desde la reducción a la tasa del impuesto al valor agregado (IVA) hasta gravar las zonas francas, se incluyen en la campaña del abanico de partidos de tendencias de izquierda, derecha, conservadora, progresistas, de centro, entre otros.
El actual Gobierno aprobó una reforma tributaria en su primer año de gestión y en la actualidad impulsa en el Congreso una serie de proyectos para recortar gastos y aumentar ingresos como parte de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para un financiamiento por 1.750 millones de dólares que se prevé contribuya a estabilizar las finanzas.
El tema de medio ambiente apenas se ha asomado en los mensajes de los candidatos y por el momento no ha surgido alguno que polarice la campaña como sí ocurrió hace 4 años con una opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que avalaba el matrimonio homosexual y la identidad de género, en respuesta a una consulta de Costa Rica.