La decisión del Gobierno italiano afecta a 23 millones de trabajadores públicos y privados entre el 15 de octubre y el 31 de diciembre.
Por EFE
Italia se ha convertido en el primer país europeo en exigir el pasaporte sanitario covid a los trabajadores públicos y privados, una medida de carácter general que abre una brecha en el continente europeo, donde las exigencias de ese documento son más escasas y se centran en empleados de sectores muy concretos y, como usuario, en el ocio y la hostelería.
ITALIA
La decisión del Gobierno italiano afecta a 23 millones de trabajadores públicos y privados entre el 15 de octubre y el 31 de diciembre, y establece que sin el pasaporte sanitario no se podrá acceder a ningún lugar de trabajo, aunque existen dudas sobre cómo se aplicará en las grandes empresas y la reacción de los trabajadores, porque hay millones de personas mayores de 30 años que aún no han sido vacunadas.
Un reciente sondeo apunta que cerca del 75 % de los italianos -casi el 75 % de la población por encima de los 12 años ya ha sido vacunada- está de acuerdo con la obligación del certificado sanitario contra la covid.
Con la medida aprobada este jueves en el Consejo de ministros, el presidente del Gobierno, Mario Draghi, consigue evitar imponer la vacunación obligatoria, con la que él estaba de acuerdo, pero que habría acarreado problemas constitucionales y creado una ruptura con sus socios de la Liga.
ALEMANIA
En Alemania no es obligatorio vacunarse contra la covid-19, tampoco para determinados grupos profesionales, y la ley recoge únicamente el derecho a recibir una vacuna contra el SARS-CoV-2. Por tanto, un empleador no puede emprender medidas contra aquellas personas no vacunadas y en caso de permitir el acceso a sus instalaciones únicamente a personas inmunizadas deberá seguir pagando el salario a los trabajadores no incluidos en este grupo.
Desde el 10 de septiembre existe la obligación de notificar el estatus de vacunado o sanado para empleados en determinados sectores como escuelas, guarderías, residencias, centros de acogida e instituciones penitenciarias. Y desde el 23 de agosto está en vigor la regla de estar vacunado, sanado o con test negativo para acceder al interior de bares y restaurantes, gimnasios, eventos, hospitales, residencias de ancianos y hoteles, entre otros.
REINO UNIDO
El Gobierno británico ha decidido no dar luz verde por ahora al denominado «pasaporte» covid para entrar en clubes nocturnos o grandes eventos en Inglaterra, pero no descarta su aplicación si la situación epidemiológica empeora este otoño-invierno. Ese pase, que en principio iba a ser introducido en Inglaterra este octubre, debía indicar si una persona ha recibido la pauta completa de vacunación, un test negativo de covid o haber terminado una cuarentena y haber dado negativo en una PCR.
No obstante, los trabajadores de las residencias de ancianos deben contar con la pauta completa de vacunación, de lo contrario no podrán continuar sus labores en estos centros.
FRANCIA
Francia aprobó en julio una ley para exigir el pase sanitario a ciertas categorías de trabajadores y usuarios de servicios. La ley incluía también la obligación de vacunación para determinadas profesiones y el final de la gratuidad de los test de detección que no tuvieran justificación médica. El objetivo de la medida es impulsar el proceso de vacunación y evitar cierres en futuras olas epidémicas.
La entrada en vigor del pase sanitario fue gradual. El 21 de julio comenzó en museos, cines y otros establecimientos culturales y deportivos, y el 9 de agosto en bares, restaurantes, transporte de larga distancia y otros lugares que reciben público, como grandes centros comerciales.
Desde el 30 de agosto es obligatorio para 1,8 millones de trabajadores que trabajan en contacto con el público (bares, restaurantes, cines, teatros, museos, instalaciones deportivas o administraciones que traten directamente con clientes). Los responsables del centro de trabajo son los encargados de verificar el pase, con sanciones que pueden alcanzar hasta un año de prisión y una multa de 9.000 euros. En septiembre se ha hecho necesario también para entrar a las fiestas universitarias.
PORTUGAL
En Portugal es obligatorio presentar certificado digital covid de la UE o prueba negativa al llegar a los establecimientos turísticos o alojamientos locales. También en balnearios, casinos y bingos, clases de gimnasio en grupo, eventos culturales y deportivos con más de mil personas al aire libre o con más de 500 en zonas cerradas y en bodas y bautizos con más de una decena de asistentes.
Además, el certificado covid se tiene que presentar dentro de los restaurantes, los viernes a partir de las 19.00 horas, fines de semana y festivos.
PAÍSES BAJOS
Países Bajos introducirá el uso del «pase covid» a partir del 25 de septiembre a cambio del fin de la distancia social, por lo que se impone a los mayores de 14 años para acceder a bares, restaurantes, terrazas, locales de ocio nocturno (solo pueden abrir hasta la medianoche), eventos culturales como festivales o conciertos, cines, teatros y estadios.
Esta regla no tiene aún fecha de caducidad, aunque el Gobierno neerlandés espera tenerlo más claro en torno al 1 de noviembre y niega tener planes de introducir una obligación directa de vacunación, pero si hay cada vez más apoyo político a una obligación indirecta, fruto de las consecuencias de que alguien no esté vacunado.
BÉLGICA
En Bélgica, las autoridades esperan dar hoy luz verde a que el certificado COVID entre en vigor a partir del 1 de octubre para eventos en interior de al menos 500 personas y, en exterior, de al menos 750 personas, en los que llevar mascarilla ya no será obligatorio.
Pero, además, se prevé que el certificado se imponga también a partir de esa fecha en la región de Bruselas, al ser la que va más rezagada en vacunación (solo un 50,2 % de su población ha recibido la pauta completa), para los mayores de 16 años en hoteles, bares, restaurantes, discotecas o centros deportivos y en congresos, establecimientos culturales o eventos en los que se reúnan al menos 50 personas en interior o 200 en exterior.
AUSTRIA
El Gobierno central califica la vacunación de «obligación moral» para el personal sanitario, pero en varias regiones sí se ha impuesto la vacuna para los nuevos contratados en hospitales o centros de enseñanza.
El Gobierno ha advertido de que los parados que no acepten una oferta de trabajo en la que la empresa requiere estar vacunado, podrían perder la prestación por desempleo. Además, el actual plan de medidas prevé que si los contagios siguen aumentando y las UCIs comienzan a saturarse, sólo quienes estén vacunados o sanados podrán ir a locales nocturnos o reuniones de más de 500 personas.
HUNGRÍA
El Gobierno ha descartado que la vacuna vaya a ser obligatoria para todos, pero sí se exige a los trabajadores de algunos sectores, como en la sanidad. En general no hay restricciones, pero en eventos de más de 500 personas es obligatorio contar con certificado de vacunación o de haberse curado de la covid, bien el europeo o el nacional.
ESLOVENIA
Desde el miércoles es obligatorio tener un pase covid para acudir al puesto de trabajo, usar el transporte público o ir a centros comerciales, una medida contra la que el miércoles hubo una protesta que terminó en graves disturbios.
Todos los empleados estatales deberán tener la pauta completa de vacunación el 1 de noviembre, aunque no se ha aclarado aún qué consecuencias tendrá ignorar esa orden.
GRECIA
Grecia exige desde el 1 de septiembre que todos los empleados de la sanidad estén vacunados o demuestren que han pasado la enfermedad, so pena de quedar sin empleo y sueldo mientras no hayan recibido al menos una dosis. La medida ha dejado a casi 6.000 trabajadores de la sanidad temporalmente sin empleo.
Además, desde el pasado día 13, todos los trabajadores del sector público y privado que no se hayan vacunado deberán hacerse por cuenta propia y al coste de diez euros una o dos pruebas semanales, en función del empleo que tengan. Los empleadores deben comprobar el estado de sus trabajadores, y en caso de no hacerlo pueden ser sancionados con una multa de entre 300 y 1.500 euros, mientras que los trabajadores que ignoren su obligación de presentar el pasaporte covid o los resultados negativos de una prueba serán multados con 300 euros.