Entre enero y julio de 2021, los guatemaltecos radicados en el extranjero enviaron un total de US$8.320,5 millones en remesas.
Por EFE
El envío de remesas familiares de los guatemaltecos que viven en el exterior, principalmente en Estados Unidos, aumentó un 39,6 % en los primeros siete meses de 2021 en relación al mismo periodo de 2020, según informó este jueves el Banco de Guatemala.
De acuerdo con los datos divulgados por la banca central, solo durante julio llegaron al país US$1.354,3 millones, superior en 275,6 millones, es decir un 25,54 %, a los 1.078,7 millones enviados en el mismo mes del año pasado. Las remesas de julio son las segunda cifra más alta del año después de los US$1.362,5 millones que enviaron en junio los emigrantes guatemaltecos.
Entre enero y julio de 2021, los guatemaltecos radicados en el extranjero enviaron un total de US$8.320,5 millones en remesas, lo que representó un incremento de 39,6 % en relación a los 5.959 millones recibidos en los primeros siete meses de 2020.
El envío de remesas de los emigrantes guatemaltecos ha impuesto récord todos los años desde que se llevan registros y el dinero es, junto a las exportaciones, la principal fuente de la economía del país.
En 2020, pese a la pandemia de la Covid-19, Guatemala cerró con US$11.340,4 millones enviados desde el exterior, lo que representó un nuevo récord al superar los 10.508,3 millones de 2019.
Según las autoridades de la banca central, el año pasado las remesas representaron un 14,6 % del producto interno bruto (PIB). Los recursos que envían los emigrantes sirven para la supervivencia de más de 6 millones de los 16 millones de habitantes que tiene Guatemala, el 37,5 % del total de la población.
Para 2021, las autoridades monetarias prevén un ingreso de remesas familiares por arriba de los US$12.400 millones. En el extranjero viven más de 3 millones de guatemaltecos, la mayoría de ellos en Estados Unidos, según el Ministerio de Relaciones Exteriores. Los guatemaltecos se han visto obligados en las últimas décadas a migrar con el fin de mejorar sus condiciones de vida y la de sus familiares en el país, donde el 59 % de la población vive bajo la línea de la pobreza y uno de cada dos niños sufre algún grado de desnutrición.