Casos de ansiedad y depresión aumentaron un 50% durante la pandemia. Estado anímico de las personas que perdieron su trabajo o vieron reducidas sus jornadas laborales se vio más afectado.
Por Revista Summa
El manejo adecuado de las finanzas puede impactar de forma positiva el estado emocional de las personas. Esto se debe, en gran parte, a las ventajas que ofrecen los buenos hábitos financieros para, por ejemplo, alcanzar metas, tener mayor capacidad de respuesta ante imprevistos y evitar el sobreendeudamiento.
La administración apropiada del dinero juega un papel importante en la salud emocional, especialmente en situaciones complejas como la emergencia sanitaria por Covid-19. Si bien, la pandemia por sí sola puede ser una situación estresante, las consecuencias económicas pueden agravar el estado anímico de muchos.
El estudio “Salud mental y relaciones con el entorno en tiempos de COVID-19”, elaborado por la Universidad Estatal a Distancia (UNED) y la Universidad Nacional (UNA) durante el 2020, señala que los casos por depresión en el país aumentaron un 50% con respecto al año anterior.
También, la investigación concluyó que las personas que perdieron su trabajo o vieron reducidas sus jornadas laborales, conforman la población con mayor impacto en su estado anímico.
Laura Céspedes, Gerente de Productos de Depósito de Scotiabank, comparte una serie de claves para mantener una economía personal sana y, por ende, favorecer el estado emocional de las personas:
Elabore un presupuesto. Incorpore todos los ingresos, egresos fijos (gastos del hogar, préstamos, etc.) y variables (regalos, eventos especiales, vacaciones, etc.) en su presupuesto. De esta manera, podrá observar el panorama completo del estado de sus finanzas para, por ejemplo, reducir el consumo o aumentar la capacidad de ahorro.
Recuerde que, en un escenario ideal, el total de los gastos fijos no deberían acaparar más del 50% del presupuesto, de esa forma se optimiza el capital.
Defina una meta de ahorro. El ahorro es uno de los hábitos financieros más importantes. Lo más recomendable es destinar entre un 10 o 20% de los ingresos para lograr mantener nuestras finanzas saludables.
Una de las claves para iniciar un ahorro consiste en establecer una meta y un plazo apropiado para cumplirla, de esta manera, el monto será medible, realista y oportuno. Establezca fondo para imprevistos. Determine una suma específicamente para destinarlo a un fondo para emergencias. En caso de ser necesario, usted tendrá la capacidad de atender situaciones imprevistas como: la pérdida de trabajo, enfermedad o averías en el hogar.
Minimice los gastos hormiga. Controle los pequeños gastos diarios que no están contemplados en el presupuesto. El acumulado de estos pequeños pagos puede llegar a representar un monto significativo para nuestros bolsillos. Es necesario analizar mensualmente este tipo de compras para tener datos concretos que le permitan designar una partida de su presupuesto para solventar estos desembolsos.