En medio de la pandemia la ATP trazó un plan maestro para reactivar el sector, pero con la limitante de un presupuesto reducido de apenas US$42 millones.
Por La Estrella
En 2020, la industria sin chimeneas sufrió uno de los golpes más fuertes de su historia. Con la llegada de la pandemia de la covid-19 y el confinamiento, la actividad se paralizó por completo.
De hecho, la Organización Mundial del Turismo (OMT), recientemente, estimó un descenso de más del 70% en las llegadas internacionales de 2020. De ser así, el turismo mundial habrá retrocedido a niveles de hace 30 años, con cerca de mil millones de llegadas menos y una pérdida aproximada de $1,1 billones en ingresos provenientes del turismo internacional.
A mediados del año pasado, la Cámara de Turismo de Panamá estimó que con el bloqueo total del sector, la industria sin chimeneas podría estar perdiendo cerca de $12 millones diarios.
Y aunque se percibe una ligera mejora debido a la apertura de algunas actividades del mercado, la demanda sigue siendo escasa en términos generales. “2020 representó la peor crisis de la historia para el sector turístico”, señaló el administrador de la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP), Iván Eskildsen, en el marco de la presentación del informe a la industria de rendición de cuentas del periodo 2020-2021.
De cara al futuro, se prevé que el anuncio de una vacuna y el inicio de la campaña de vacunación aumenten paulatinamente la confianza de los consumidores. Además, cada vez más destinos están suavizando o levantando las restricciones a los viajes. Según los últimos estudios realizados por la OMT, la proporción de destinos cerrados ha bajado del 82%, a finales de abril, al 18% a principios de noviembre (en porcentaje de llegadas internacionales).
Pese a la difícil situación que enfrenta el sector, desde el año pasado la ATP y su equipo vienen preparando la ruta para dinamizar el sector y convertir el país en un destino comprometido con la conservación, pero con la limitante de un presupuesto asignado de apenas $42 millones (de los casi $83 millones que solicitó), de los cuales su mayor parte es para terminar el centro de convenciones de Amador ($15 millones) y Promtur ($15 millones), mientras que $4 millones son para infraestructura y $1 millón para mercadeo. Los otros $5 del presupuesto fueron financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para contribuir al sector.
El plan maestro para reactivar el sector
El 17 de septiembre de 2020, por primera vez desde 2008, con la aprobación unánime del Consejo Nacional de Turismo, se actualizó un plan maestro de turismo sostenible, en esta ocasión encaminado hacia 2025.
El plan maestro 2020-2025, explicó Eskildsen, consiste en una hoja de ruta para todo el desarrollo turístico del país, apostando a la innovación con base en la sostenibilidad, siempre buscando diferenciar los productos turísticos del país, basado en lo que hace único a Panamá. Sin embargo, no se escatimó en darle valor a los documentos anteriores, en los cuales ya se habían invertido muchos recursos económicos.
El funcionario explicó que la herramienta permite articular los esfuerzos de las diferentes entidades dedicadas al sector turístico, incluyendo el gabinete turístico que aporta en la infraestructura y servicios de las instituciones públicas, Promtur Panamá para la promoción internacional, la integración y la interrelación con los gremios y empresas del sector privado, y por otra parte aquellos comités de gestión de destino, incorporando a los gobiernos locales y las cámaras de turismo locales también.
Otro elemento fundamental que se logró el año pasado (28 de septiembre de 2020) fue la alianza de turismo, conservación e investigación, aprobada a través del decreto ejecutivo No. 598, firmado por el presidente Laurentino Cortizo. La alianza “es el corazón estratégico de nuestro plan maestro”, manifestó Eskildsen, quien recordó que el modelo económico para el turismo, creado por la Dra. Hana Ayala, fue lanzado en 1998, en medio de un alto reconocimiento internacional por parte de organismos como el Banco Mundial, el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), el Banco Mundial, la Asociación Americana para el Alcance de la Ciencia.
Eskildsen remarcó los atributos de este modelo turístico, detallando que el llamado turista consciente es el que se interesa por el cuidado de los recursos naturales cuando trae sus gastos al país. “Genera un efecto económico donde impulsa los esfuerzos de conservación”, dijo.
A su vez añadió que esa conservación requiere del conocimiento científico para que sea efectivo, y al mismo tiempo genera una experiencia turística y un contenido interesante para el turista, diferenciando así las experiencias turísticas del país.
Precisó que el modelo se basa en atractivos patrimoniales conformados por tres rutas o ejes a seguir: azul, verde y patrimonial, los cuales requieren desarrollo comunitario, emprendimiento e inversiones.
“Así que realmente es un camino al que le estamos apostando en el futuro, ya que estos atractivos patrimoniales los convertimos en unas rutas turísticas patrimoniales”, subrayó Eskildsen.
Los atractivos patrimoniales culturales (gente), verde (tierra) y azul (mar) y de la Unesco, forman parte de la estrategia de turismo, conservación e investigación que se desarrollará con el aporte del comité de la alianza (formado por la ATP, MiAmbiente, MiCultura, Senacyt) y el aporte de otras entidades como Smithsonian, Biomuseo, entre otros.
Financiamientos
A finales de 2020 también se aprobó el contrato de préstamo con el Banco Interamericano por $100 millones para poder tener los recursos para ejecutar el plan maestro, expresó el máximo regente de la ATP.
Su objetivo específico es contribuir al desarrollo urbano y socioeconómico de seis ciudades pequeñas e intermediarios principales dentro de los destinos turísticos prioritarios del plan maestro sostenible: Bocas del Toro, Volcán, Boquete, Pedasí, Santa Catalina y Taboga. Además, contribuirá al desarrollo con el mejoramiento de los servicios urbanos y turísticos del Centro Histórico de la ciudad de Panamá.
De los $100 millones financiados por el BID, $63 millones se destinarán a infraestructura y gestión urbana, $22 millones a equipamiento y desarrollo comunitario, $9 millones a la modernización de la gobernanza y $5 millones a gastos administrativos del programa.
Por otro parte, mencionó que el plan maestro de desarrollo sostenible es a cinco años y recomienda ejecutar $300 millones en el programa.
Dentro de sus metas está lograr un Panamá más conocido, más competitivo, más descentralizado, una política turística de Estado, administración, evaluación y auditoría.
Hasta este momento, como parte del programa de los $100 millones financiados por el BID, se han hecho cuatro licitaciones, entre ellas, planes de ordenamiento territorial y estudios de cambio climático, estudios y diseños para proyectos de movilidad y espacios públicos en Pedasí y Boquete, y servicios de auditoría externa.
Dentro del plan maestro también se incluyó una estrategia postcovid-19 a ejecutar en esos primeros 18 meses marcados por la pandemia, conformado por tres líneas operativas, a saber: apoyo financiero (bono solidario, programa BID para pymes – $150 millones, se activó la comisión de crisis del Consejo Nacional de Turismo). La segunda estrategia es capacitación y la tercera estimulación de la demanda. En 2020 también se aprobaron, reglamentaron y extendieron leyes que favorecen la inversión en el sector turismo. Entre ellas de incentivos a la inversión del sector turismo, creación de productos turísticos especiales, que facilitan y promueven las inversiones para dinamizar el sector. Asimismo, para el año 2021 se tiene prevista la apertura del centro de convenciones de Amador que también aportará en gran medida a reactivar la industria a través del turismo de convenciones y reuniones.
“Nosotros creemos que Panamá es un joya turística en bruto que a través de un trabajo coordinado del sector público y el sector privado vamos a lograr pulir ese diamante para que Panamá se destaque como un destino competitivo que logre sacar ventaja a nuestros vecinos que tienen 10, 20 años por delante de nosotros”, puntualizó Eskildsen.
Panamá como destino vacacional sostenible de clase mundial 2021
Sumado a los resultados de la gestión 2020, Promtur Panamá también dio a conocer el plan operativo para este año, el cual tiene como norte posicionar a Panamá como un destino vacacional sostenible de clase mundial fundamentada en el plan maestro de turismo sostenible (PMTS) 2020-2025 aprobado y divulgado en septiembre de 2020 por la Autoridad de Turismo de Panamá.
Para alcanzar lo anterior, la estrategia de mercadeo del destino contempla la construcción de una auténtica marca turística de la que los panameños estén orgullosos, y los visitantes amen. Así como la realización de una serie de acciones tácticas que involucran la campaña de concienciación (Discovered By Nature); una alianza de mercadeo con el Smithsonian, así como viajes de prensa y difusión en medios en los principales mercados internacionales.
En su intervención, Woodrow Oldford, director de mercadeo (CMO) para el DMO, añadió que el impacto de la pandemia sobre la industria ha reforzado la necesidad de que los planes sean flexibles, resaltando lo siguiente: “En nuestro plan 2021, estamos equilibrando las metas a corto, mediano y largo plazo con un plan flexible que responde a los desafíos que plantea la pandemia. Ya estamos comercializando nuestro país con una presencia siempre encendida “always-on”. Necesitamos generar ingresos turísticos para nuestra industria ahora, para asegurarnos de tener algo que ofrecer a los visitantes en el futuro. Al mismo tiempo, estamos construyendo una auténtica marca turística de la que los panameños estén orgullosos, y los visitantes adoren. Esta será una evolución de la estrategia actual, reemplazando nuestra estrategia de mercadeo presente por una plataforma de mercadeo siempre activa y de largo plazo”.