Primero por confinamiento y después por destrucción de infraestructuras.
Por La Tribuna
El rubro del transporte en sus diferentes modalidades, marítima, aérea y terrestre registra un año fatídico, primero por impacto del confinamiento de la población nacional y después por la destrucción de ejes carreteros, puentes y los impases provocados por las tormentas recientes en puertos y aeropuertos.
Hasta el primer semestre del 2020, como solo tres meses y medio de pandemia, el egreso por servicios de transporte en Honduras se contrajo interanualmente en US$123.5 millones (21.9%), eso se relaciona con el descenso de 20.3 % en la importación de bienes, tanto de mercancías generales como de bienes para trasformación.
Según el Banco Central de Honduras (BCH), esa reducción mostró una baja de US$74.1 millones (20.1%) en el transporte marítimo y de 25.4 millones (28.4%) en el transporte aéreo.
El rubro de “otros transportes”, predominantemente terrestre reflejó la misma tendencia al registrar una variación negativa de 24.0 millones de dólares (22.8%) en el período en análisis.
Por su parte, la exportación de servicios de transporte sumó US$48.2 millones en el semestre en análisis, con una contracción de 29.5 % respecto al mismo lapso de 2019; en su mayoría, por menores ingresos ($10.7 millones) provenientes de los servicios complementarios de la operación del transporte aéreo, dada la paralización de vuelos internacionales.
Del mismo modo, se observó una disminución de US$8.4 millones en los ingresos por servicios de apoyo al transporte marítimo y comisiones de representación de líneas navieras foráneas.
El comportamiento antes descrito se relaciona con el confinamiento de la población en el territorio nacional, debido a la propagación del COVID-19, con interrupción de las operaciones de muchas empresas en diversas actividades económicas, a excepción de rubros considerados esenciales para el suministro de alimentos y medicinas a la población.
Las empresas y hogares disminuyeron la demanda de bienes importados; lo que resultó en una menor necesidad de contratación de medios de transporte para el traslado internacional de mercancías.
En la actualidad, el impacto descomunal de Iota y Eta desde inicios de noviembre en Honduras ha dejado 83 carreteras afectadas. El Aeropuerto Internacional Ramón Villeda Morales de San Pedro Sula, Cortés, sigue cerrado para vuelos diarios procedentes de Estados Unidos, México, Centroamérica, El Caribe, Europa y con conexiones a Sudamérica. Mientras los puentes destruidos se contabilizan en 10 y otros 19 resultaron severamente dañados, de acuerdo con el reciente informe actualizado de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco).