Es hora de dedicar más tiempo a las redes sociales y hacer que nuestras aportaciones sean más ricas, fluidas y cuidadas.
Por Estrella Flores Carretero
Millones de personas en todo el mundo han perdido o van a perder sus trabajos y multitud de empresas tendrán que reinventarse o cerrar. En tiempos de pandemia, la mejor herramienta para avanzar sigue siendo el netwoking… aunque a distancia.
El networking es esencial para mí. Personalmente, creo que construir una red de contactos y mantenerla activa y en constante crecimiento resulta decisivo para establecer nuevas alianzas, forjar oportunidades de negocio,
abrir perspectivas laborales, fomentar sinergias, generar nuevas ideas y progresar entre todos, con el fin de progresar en el ámbito profesional y personal. Mi experiencia en diferentes empresas me ha demostrado que el networking ha sido el germen de los mayores logros.
De ahí que siempre haya valorado los eventos, conferencias, comidas de negocios, encuentros, como el mejor momento para conocer gente, compartir conversaciones, preguntar, escuchar, estrechar su mano, intercambiar tarjetas, etc. Luego viene el proceso de afianzar el vínculo con un correo o una llamada, recordar el encuentro y programar una cita para seguir hablando de planes conjuntos, de lo que somos capaces de dar a los otros y de lo que pueden ofrecernos los demás.
Pero, ¿Cómo algo tan fructífero puede llevarse a cabo cuando no podemos vernos ni tocarnos? Yo creo que es perfectamente posible.
Retomar contactos. El COVID-19 nos ha colocado en una realidad tan difícil que no hace falta preguntar a la gente cómo está, porque cualquiera puede contestar «mal» o «no muy bien», ya que todos, en mayor o menor
medida, sufrimos por nuestra situación o la de los demás. Por eso, lo mejor es reconectar con la gente que teníamos olvidada y preguntarles cómo lo están llevando. Necesitamos hablar de nuestras emociones y, si
no podemos quedar a comer en un restaurante, siempre podemos tomar un café virtual con un colega profesional o un empresario de un sector vinculado.
Cuidar la marca personal. Es hora de dedicar más tiempo a las redes sociales y hacer que nuestras aportaciones sean más ricas, fluidas y cuidadas, actualizar las fotos, mejorar los perfiles, etc. LinkedIn es un lugar lleno de oportunidades en el que están los profesionales y las organizaciones más interesantes. Pero también Facebook, Instagram, Twitter o YouTube son lugares donde se puede y se debe hacer networking. Hay que buscar, lanzar invitaciones, seguir a la competencia, tener conversaciones online, etc. A todos nos gusta la gente proactiva, así que, ¿por qué no tomar la iniciativa?
Ser abiertos. Algunas personas que en la relación presencial se muestran tímidas, tienen ahora la ocasión de superar sus inseguridades. La tecnología también facilita mostrar libremente la realidad de cada uno y
conocer la de los demás. Y, sobre todo, hablar de nuestras emociones.
Necesitamos cultivar una mente abierta, sin prejuicios, flexible y puede que internet no sea tan frío como pensábamos.
Dar más que pedir. La generosidad siempre tiene premio. No se trata de ir pidiendo un trabajo o una colaboración entre empresas, sino de contar qué podemos ofrecer para ayudar a los demás, mostrarnos dispuestos a colaborar y a escuchar.
Los contactos virtuales no son otra cosa que contactos entre personas reales. Aprovechemos las ventajas de esta nueva situación: no solemos quedar con alguien que vive en Australia, pero ahora sí podemos tener un
encuentro virtual, una reunión entre empresas para compartir ideas. La pandemia ha cambiado la forma de hacer networking y esta también tiene su lado positivo: la ubicación de cada uno ya no supone un abismo insalvable.