De concretarse los procesos de pruebas y protocolos en las próximas semanas, la entidad estima arrancar la producción en serie de 50 dispositivos, en octubre próximo.
Por Revista Summa
El proyecto de la Universidad de Costa Rica “Respira UCR” ya inició con las pruebas preclínicas para validar el funcionamiento de los ventiladores que estarían utilizándose en pacientes de COVID-19. La realización de dichas pruebas es posible gracias a que el proyecto cuenta con siete ventiladores, financiados por la Embajada de Alemania y cuyos componentes fueron adquiridos gracias a alianzas público-privadas con diversas empresas.
Las pruebas se realizarán a lo largo de tres semanas en el Laboratorio de Docencia y Cáncer de la UCR (DCLab), en donde se contará con un equipo interdisciplinario compuesto por médicos, veterinarios, médicos intensivistas, emergenciólogos, anestesistas y terapeutas respiratorios, quienes unidos al equipo de “Respira UCR”, validarán y verificarán tanto el funcionamiento de los dispositivos como la salud de los animales involucrados en la prueba.
Cabe destacar que las mismas cuentan con las aprobaciones y protocolos establecidos por el Comité Institucional para el Cuidado y Uso de los Animales (CICUA) y garantizan la calidad de vida de los animales durante toda su estadía y especialmente durante la realización de las pruebas.
“Una vez finalizada esta validación, tenemos en la mira las pruebas clínicas. Para ello en el equipo de “Respira UCR” estamos acelerando el trabajo en conjunto con el Ministerio de Salud, Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT), así como personal médico y de salud pública, para definir los protocolos, guías y requerimientos necesarios para validar y regular este tipo de dispositivos médicos antes de ser aplicados en condiciones reales”, explicó Ralph García, Coordinador del proyecto Respira UCR y Director de la Escuela de Física.
Es importante mencionar que, en Costa Rica, no existe una industria nacional de dispositivos biomédicos Clase 3 (categoría en la que entra el proyecto), razón por la cual tampoco hay una legislación vigente para la inscripción de equipo producido a nivel nacional para uso local en el “Reglamento para el registro, clasificación, importación y control de equipo y material biomédico” del Ministerio de Salud.
Impacto país
El proyecto Respira UCR estima arrancar la producción en serie de 50 dispositivos en octubre próximo, para entregarlos a la CCSS, con el objetivo de incrementar la capacidad de atención institucional. Con este paso, el proyecto se acerca cada vez más a atender el llamado de las autoridades sanitarias para el autoabastecimiento de equipo de protección personal y el desarrollo de dispositivos médicos requeridos para la atención de pacientes de COVID-19.
Según datos brindados por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) al 11 de agosto, la institución cuenta con 171 ventiladores pulmonares nuevos, los cuales se han adquirido por compras y donaciones. En marzo anterior la institución anunció la compra de 311 dispositivos, pero se han recibido solo 150. El retraso se debe a la alta demanda mundial de muchos países para equipar sus Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), contexto en el cual, la fabricación local de dispositivos es una solución necesaria para solventar los requerimientos que puedan tenerse en las UCI.
“A medida que aumentan las hospitalizaciones, toma relevancia el poder contar con estos dispositivos en nuestro país y se torna indispensable poder construir ventiladores aquí sin escasez de piezas y a bajo costo. Gracias al apoyo de la Embajada de Alemania y de otras empresas fue que logramos construir un dispositivo de alta tecnología (clase tres), con pantallas táctiles, portátil y de fácil uso para los profesionales de la salud los cuáles serán probados con el objetivo de obtener excelentes resultados y poder estar cada vez más cerca de la aprobación del dispositivo”, explicó García.
El desarrollo y perfeccionamiento del ventilador ha pasado por distintas fases hasta llegar al modelo actualmente en producción, que destaca por contar con el respaldo de un equipo multidisciplinario que identificó las deficiencias de otros equipos para solventarlas en este, baterías de litio que permiten la utilización del ventilador sin estar conectado a la electricidad lo que facilita el traslado de pacientes, y su bajo costo para ser un dispositivo de última tecnología en su categoría.
Alianza público-privada ante la pandemia por COVID-19
La Escuela de Física de la UCR y el Centro de Investigación en Ciencias Atómicas, Nucleares y Moleculares (CICANUM) han desarrollado el proyecto en alianza con otras dependencias académicas estatales, como las escuelas de Ingeniería Mecánica, Economía, Artes Plásticas y Enfermería de la UCR, así como su Centro de Simulación en Salud (CESISA), la Vicerrectoría de Investigación, el Laboratorio de Prototipado (Protolab), el Comité Institucional para el Cuidado y Uso de los Animales (CICUA), la Unidad de Gestión y Transferencia del Conocimiento para la Innovación (PROINNOVA), Laboratorio de Docencia y Cáncer de la UCR (DCLab), el Laboratorio de Fabricación (FABLAB, UNED) y Laboratorio Costarricense de Metrología (LACOMET).
Uno de los impulsores pioneros de este proyecto es la Embajada de Alemania, que aportó los recursos iniciales para la fabricación de estos primeros ventiladores.
“La Embajada Alemana se siente sumamente complacida al haber logrado financiar mediante el Programa de Pequeños Proyectos y con una partida extraordinaria para iniciativas COVID-19 la compra de los componentes de la marca alemana Festo, necesarios para la producción inicial de siete ventiladores. A finales de abril se aportó el monto de US $27.000 para tales efectos y tres meses después podemos constatar los excelentes resultados del proyecto”, declaró Torsten Göhler, Consejero de la Embajada.
Göhler también reconoció el carácter modelo del proyecto, que considera “realmente impresionante. En tiempos de crisis, como los que atravesamos actualmente, iniciativas como ésta crean soluciones y alientan a los habitantes de Costa Rica”.
Además, la iniciativa ha recibido asesoramiento de distintas empresas privadas como Roche y Elvatron, así como Fedefarma, en temas de componentes e insumos médicos y biomédicos, establecimiento de líneas de fabricación y producción, software, tratamiento clínico, hospitalario y animal, inscripción, autoría y patentes, materiales, así como el apoyo económico para compra de insumos para la realización de las pruebas de preclínicas.
“Ante los retos que ha planteado la COVID-19 al sistema de salud, desde el inicio de la pandemia en Roche hemos buscado alianzas para contribuir a las necesidades del país, como parte de nuestro enfoque de Sostenibilidad. La vinculación a Respira UCR junto a otros actores nos permite contribuir activamente con nuestra experiencia y voluntarios al desarrollo de innovación de la mano con la academia, como una respuesta urgente al llamado de las autoridades para fortalecer la infraestructura de atención”, explicó Álvaro Soto, gerente general de Roche Centroamérica y Caribe.
Se estima que el valor final de cada ventilador ronda los US $4.500, un precio muy inferior al que establece el mercado internacional que ronda entre 30 mil y 50 mil dólares por un dispositivo de características similares. La vida útil del sistema de motorización es de aproximadamente 30 años, bajo un funcionamiento continuo.
“Con el objetivo de contribuir en esta causa país ante la Covid-19, nos pusimos a disposición del proyecto UCR Respira, donde desde nuestras áreas de componentes de «Automatización Industrial» y «Equipo Médico», colaboramos con elementos que no se encontraban disponibles tan rápidamente para el desarrollo de los prototipos. A través de estas alianzas público-privadas, la unión de fuerzas permitirá seguir creando en Costa Rica soluciones de interés nacional, aprovechando el gran talento humano”, mencionó André Sonderegger, gerente general de Elvatron SA.