Más de 10 millones de niños y niñas trabajan en Latinoamérica
Por Revista Summa
La pauperización de millones de familias en América Latina, agravada por la caída de las economías que ocasiona la pandemia del COVID-19 aumentará las filas del trabajo infantil, advirtió la organización humanitaria, no gubernamental y cristiana, World Vision. El día mundial contra el trabajo infantil se conmemora el próximo 12 de junio.
Antes de la pandemia, 72 millones de niños y niñas en la región vivían en condiciones de pobreza y 10,5 millones sufrían directamente el trabajo infantil; es decir 7,3 de los niños entre 5 y 17 años, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La mitad de ellos (52%) lo hacen en el campo según la misma fuente.
World Vision sostiene que el trabajo infantil es una manifestación de violencia que priva a la niñez de continuar sus procesos educativos, socava sus capacidades de interacción social al privarla del juego, aumenta los riesgos de salud e incrementa sus probabilidades de permanecer bajo la línea de pobreza.
“La pérdida masiva de empleos y medios de vida que experimentan millones de familias en la región debido a la pandemia del COVID-19 amenaza a las familias más pobres, que encuentran en el trabajo infantil una estrategia de sobrevivencia”, advirtió Joao Diniz, Líder Regional de World Vision Latinoamérica y el Caribe.
“En años anteriores, tuvimos avances que lograron reducir –no eliminar- el trabajo infantil. Pero el deterioro social y económico que anticipa esta crisis estimulará a muchísimas familias a sacar a sus hijos de la escuela ante la incapacidad de pagar sus estudios y proveerles alimento. Por otro lado, muchos sectores buscarán en los niños, niñas y adolescentes mano de obra barata para reducir sus costos operativos”, agregó Diniz. “Debemos prevenir esta situación antes de que condenemos a la pobreza a toda una generación afectada por esta crisis”, expresó.
Por sector, la agricultura, los servicios y la industria son los que muestran mayores porcentajes de trabajo infantil según la OIT. World Vision sostiene que en esta coyuntura es indispensable robustecer los sistemas de protección para que incluyan leyes, instituciones, normas y presupuestos efectivos que garanticen el respeto de los derechos de la niñez.
“El trabajo infantil es una forma de violencia particularmente peligrosa, porque en muchos contextos es socialmente aceptada. Sin embargo, toda actividad que inhiba el desarrollo natural de los niños y niñas de acuerdo con su edad es perjudicial”, recordó Diniz.
World Vision teme que en Latinoamérica, donde prevalece el empleo informal, aumenten los niños y las niñas vinculados en ventas callejeras, e incluso aquellos forzados en esquemas de esclavitud como la mendicidad. “La crisis causada por el COVID-19 es un peligroso caldo de cultivo para estas actividades, concluyó Diniz.