La Sostenibilidad se convierte en un pilar de la educación.
Por Revista Summa
La sostenibilidad ambiental y el compromiso social no son opcionales, sino imperativos centrales para los centros educativos de hoy. Es vital que las instituciones no solo prediquen estos valores, sino que los integren en su currículo y operaciones diarias, ya que fomentar estos temas en los estudiantes es clave para formar ciudadanos y líderes globales conscientes y responsables.
Al incorporar la sostenibilidad y la acción social, los centros educativos preparan a los jóvenes para enfrentar los desafíos complejos del siglo XXI, como agentes de cambio capaces de generar un impacto positivo y medible en sus comunidades y en el planeta.
Un claro ejemplo en el país es la Fundación Educativa UWC Costa Rica, quien reafirma este compromiso, demostrando con hechos cómo debe ser la educación para la acción.
José Pablo Rojas-Brewer, Development Director de UWC Costa Rica explica que “es importante que, desde los centros educativos, se realicen y promuevan estas iniciativas con los estudiantes. Al hacerlo, no solo les enseñamos, sino que los empoderamos y convertimos en agentes de cambio. El ejemplo de nuestras iniciativas estudiantiles, desde la Bandera Azul Ecológica hasta Rompiendo el Estigma, demuestra que el verdadero aprendizaje ocurre cuando la teoría se transforma en impacto positivo y compromiso social activo.”
¿Qué acciones implementa este Centro Educativo?.
Por segundo año consecutivo, UWC Costa Rica recibió el reconocimiento “Bandera Azul Ecológica” con una puntuación perfecta de 100/100 y dos estrellas blancas. Este logro subraya la importancia de que las instituciones educativas promuevan activamente estas iniciativas con sus estudiantes, integrando la responsabilidad ambiental en la vida diaria del campus.
La institución también demostró un impacto social medible a través de su comunidad. Durante la Semana de Acción Comunitaria, estudiantes y personal dedicaron un total de 6,960 horas de impacto social positivo, en 12 proyectos distribuidos por todo el país. Esta movilización es un testimonio del compromiso social que se cultiva en los pasillos de UWC Costa Rica.
Adicionalmente, el Centro de Sostenibilidad e Innovación sirvió como incubadora de trece programas, destacando el Curso Corto de Experiencia Inmersiva en Sostenibilidad y Español. Es fundamental que las iniciativas de sostenibilidad sean también financieramente
innovadoras, pues los ingresos generados por este curso se destinan directamente al fondo de becas, cerrando el ciclo entre la responsabilidad social y la accesibilidad educativa.
Además, el liderazgo estudiantil en causas sociales son un motor clave para la institución, reflejando el perfil de los alumnos formados en UWC Costa Rica. Entre los proyectos más destacados se encuentran la jornada anual “Bald for a Cause” en apoyo a la Asociación Metamorfosis, y la tercera edición de “Rompiendo el estigma, un ciclo a la vez”, una iniciativa centrada en la salud menstrual y la sostenibilidad.
“Los centros educativos deben ser los principales motores que fomenten prácticas sostenibles entre sus alumnos. Esta integración no solo asegura la reducción del impacto ambiental de la institución, sino que es vital para la formación de una ciudadanía global proactiva. Al empoderar a los estudiantes a liderar proyectos de este tipo, las escuelas transforman la teoría en acción, infundiendo el compromiso social y ambiental que es necesario para abordar los desafíos globales. La verdadera misión educativa hoy es graduar no solo académicos, sino líderes competentes y éticos que vean la sostenibilidad como su responsabilidad inherente”, concluyó Rojas-Brewer.
