Expresidente del Banco Central Europeo vaticinó que Washington dará un nuevo impulso a su sector de tecnologías avanzadas.
Por EFE
Los líderes de la Unión Europea (UE) se comprometieron este viernes a tomar medidas para mejorar la competitividad de su economía frente a potencias como Estados Unidos o China, una necesidad ya asumida por el bloque que se hace más acuciante con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete celebran en Budapest una cumbre informal, en la que analizarán las recomendaciones emitidas por el exprimer ministro italiano Mario Draghi para mejorar la productividad de la economía europea, apenas días después de una victoria de Trump que hace temer a la UE un recrudecimiento de las políticas proteccionistas de Estados Unidos.
«Las indicaciones del informe eran ya urgentes dada la situación económica que tenemos hoy y son aún más urgentes tras las elecciones en Estados Unidos», dijo a su llegada al encuentro Draghi, quien auguró que la nueva administración provocará cambios en las relaciones transatlánticas, que «no necesariamente serán todas negativas».
El expresidente del Banco Central Europeo vaticinó que Washington dará un nuevo impulso a su sector de tecnologías avanzadas y «protegerá a la industria tradicional» estadounidense, por lo que Europa ya «no puede posponer decisiones importantes» si no quiere quedarse aún más rezagada con respecto a EE.UU.
Así, el canciller alemán, Olaf Scholz, defendió que la «competitividad y el empleo» son de la «máxima importancia para la UE», que debería estar «al frente de la innovación» y solo lo logrará «si supera los obstáculos que existen hoy».
«Esto puede lograrse movilizando más capital, pero también reduciendo enormemente la burocracia», dijo Scholz en declaraciones a la prensa alemana.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, aseguró que la UE está unida en el deseo de ser más competitivos y encontrar una mejor igualdad de condiciones, tanto dentro del bloque como con socios del exterior, y destacó que «un tema importante es la financiación» de esta tarea.
«Todo está sobre la mesa y en los próximos meses, cuando los líderes tengan que decidir sobre el próximo presupuesto plurianual, tendrán que tomarse decisiones importantes», dijo Michel, quien abogó por la recapitalización del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y por avanzar en la unión de los mercados de capitales europeos, «el modo más fácil de tener dinero privado disponible para innovación, inversiones y más crecimiento».
En este sentido, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, aseguró que la UE sabe, «más o menos», lo que tiene que hacer, pero la pregunta que se plantea es cómo obtener los recursos para dar a los Estados miembros los instrumentos para lograr estos objetivos estratégicos que – dijo – «comparte».
«Sabemos que las inversiones necesarias para hacer todas las cosas que podríamos hacer son muchas. Y este es el verdadero debate», según la mandataria italiana, quien insistió en que la UE deberá concretar cómo ayudará a los Estados a encontrar esos recursos.
«El núcleo del problema es simple: hoy, un empresario europeo paga cuatro veces más por el gas y tres veces más por la electricidad que una empresa estadounidense. Necesitamos una regulación energética completamente nueva», aseguró el primer ministro húngaro, Viktor Orbán esta mañana en la radio pública húngara Kossuth.
Relación con Trump
Precisamente el húngaro es el gran aliado de Trump en la UE y su papel puede hacer tambalear la unidad del bloque en su relación con la futura administración estadounidense, aunque varios líderes se mostraron partidarios hoy de no deteriorar la relación con Washington.
Por ejemplo, el primer ministro de Bélgica, Alexander De Croo, que defendió que las elecciones estadounidenses pueden ser un «momento de catarsis» que favorezca la unidad de los Veintisiete, abogó por tener un «diálogo claro» con el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
«Está claro que nos necesitaremos entre nosotros para construir una posición firme, podemos tomarlo como una oportunidad», afirmó, para después advertir del «impacto» que tendría una guerra comercial entre la UE y EE. UU., dos «aliados» cuyo «competidor común es China».
También apostó por que Bruselas y Washington «trabajen juntos» la primera ministra danesa, Mette Friederiksen: «Preferiría que no compitiéramos entre nosotros. En un mundo de inseguridad tenemos que estar juntos pero, por supuesto, Europa hará lo que tenga que hacer», estimó.
A su vez, el canciller austríaco, el conservador Karl Nehammer, concretó que la prioridad es evitar una guerra comercial con Estados Unidos que, añadió, no beneficia a nadie; aunque subrayó que la UE está «mejor preparada que durante el primer mandato presidencial de Donald Trump», en el que «no había hecho muchos de sus deberes».