La salida estaba prevista para el 7 de enero, pero la falta de los documentos pertinentes para transitar por territorio costarricense malogró la partida.
Por EFE
Edwin Moncada y Ruth Elías despidieron melancólicos este miércoles en la principal terminal de transportes de Ciudad de Panamá a su pequeño Lucas, de cinco meses, que retornará junto a su tía y 140 personas más a la tierra natal de sus padres, Nicaragua.
El grupo de nicaragüenses lleva casi un mes exigiendo y tramitando los permisos necesarios con las autoridades de su país y Panamá para retornar tras quedarse sin medios de vida a causa del duro golpe económico que generó la pandemia de la covid-19, muchos sin poder pagar el alquiler y vendiendo sus pertenencias para sobrevivir.
«Lamentablemente, tenemos que abandonar Panamá, que nos trató muy bien pero llegó la pandemia. Al menos, en Nicaragua tenemos un techo, aquí no podíamos pagar los alquileres», dijo a Efe Jairo Gago, uno de los afectados, en la Gran Terminal Nacional de Transporte de Albrook, en Ciudad de Panamá.
La salida estaba prevista para el 7 de enero, pero la falta de los documentos pertinentes para transitar por territorio costarricense malogró la partida.
En las últimas semanas protagonizaron diversas protestas pacíficas ante la Embajada de Nicaragua y la Defensoría del Pueblo de Panamá, ente que medió y ayudó a agilizar los trámites para el viaje, pues, según denunciaron los propios nicaragüenses, no obtuvieron respuesta de la delegación de Nicaragua cuando pidieron ayuda para regresar.
Llegaron a admitir que estaban «desesperados» y anunciaron una «huelga de hambre» si las autoridades no les daban una vía.
«Tratamos de que las instituciones nos ayudaran. Nicaragua, después de ver las noticias, autorizó para que nos hiciéramos las pruebas de covid-19 y entrar», relató Gago.
Así, tras lograr una coordinación de las autoridades, la tarde de este miércoles, cargados con pocas pertenencias consiguieron salir de la capital hacia Paso Canoas, la frontera con Costa Rica, en cuatro buses, con unos 50 y 60 pasajeros en cada uno para respetar la distancia social, con el objetivo de llegar a Nicaragua, y luego de que Panamá reabriera el pasado viernes sus fronteras terrestres, tras casi un año cerradas.
«Llevamos desde el 7 de enero varados. Gracias a las autoridades de Panamá y al Embajador de Nicaragua. Nuestro país nos avisó el lunes que podíamos entrar», añadió Gago.
Según pudo constatar Efe, parte del personal de la Policía de Panamá ayudó a coordinar la salida hasta el puesto de control fronterizo con Costa Rica.
Gago declaró a Efe que ellos son parte de un grupo mayor de 300 nicaragüenses que parte este miércoles de Panamá hacia su país desde diferentes puntos de la capital.
«En otros lugares, se van a montar otros nicaragüenses, creo que unos 300», añadió
Todos los miembros del grupo portaban una reciente PCR negativa, pues, aunque Nicaragua no cerró las fronteras por la pandemia, sí exige un test de covid-19 para entrar a su territorio, tanto para nacionales, residentes y extranjeros.
«Tenemos nuestros pasaportes, pero todos contamos con nuestra prueba negativa de covid-19», explicó Gago.
Este grupo forma parte de la primera caravana de nicaragüenses varados en Panamá que parte en 2021, pero es la decimotercera que sale desde el año pasado.
Entre junio y agosto pasados, unos mil nicaragüenses varados en Panamá retornaron a su país, gracias a un corredor humanitario establecido a través de un acuerdo entre Panamá, Nicaragua y Costa Rica, después de que intentaran marchar en masa cuando aún las fronteras se mantenían cerradas a causa de la pandemia.
A pesar de haber llegado a un acuerdo, el pasado julio cientos de nicaragüenses se quedaron varados durante días en la frontera entre Costa Rica y su país, después de que Nicaragua decidiese en último momento exigir la prueba negativa de covid-19.
Este hecho llegó a ser denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la oficina regional del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Este nuevo grupo aún deberá transitar por territorio costarricense, país que mantiene sus fronteras terrestres cerradas y solo pueden acceder nacionales, residentes y transporte de carga, mientras que mantiene abierta la vía aérea.
Pero en el anterior puente humanitario organizado, gracias al acuerdo tripartita, las autoridades ticas dieron luz verde al tránsito y pusieron a disposición miembros de Policía Profesional de Migración para custodiar el viaje de los nicaragüenses.