El plan de Gobierno de Chaves apuesta por acciones en materia económica para reducir trámites y facilitar la acción empresarial.
Por EFE
El economista y exfuncionario del Banco Mundial Rodrigo Chaves aspira a convertirse en presidente de Costa Rica en el balotaje del próximo domingo con una propuesta que ofrece un cambio en la forma de gobernar y con ataques a los partidos que han estado en el poder durante las últimas décadas.
El candidato del prácticamente desconocido Partido Progreso Social Democrático, dio la sorpresa el pasado 6 de febrero en la primera ronda al terminar en el segundo lugar para meterse en la segunda vuelta contra el expresidente José María Figueres, aspirante por el tradicional Partido Liberación Nacional.
Chaves, de 60 años de edad, ha propuesto atacar la corrupción de la que culpa a los gobiernos previos, incluidos los del partido rival, y aplicar reformas profundas de Estado por la vía del referendo, cosa que ha sido tildada por sus adversarios como populismo.
Entre las promesas del candidato se encuentran la reducción de trámites para los emprendedores y de cargas sociales, modificaciones a los planes educativos del país, la disminución del tamaño del Estado y apoyo para los sectores costeros, que son los más pobres de país.
El plan de Gobierno de Chaves apuesta por acciones en materia económica para reducir trámites y facilitar la acción empresarial, reducir cargas sociales, exigir resultados a las instituciones públicas, generar empleos y atraer más inversión, y bajar el costo de la canasta básica mediante decretos.
Chaves ha prometido también impulsar un solo sistema de pensiones, aplicar la reforma fiscal aprobada durante el gobierno actual, sanciones más fuertes contra la corrupción y hacer más eficiente el gasto social.
«No le entregue las llaves a los mismos de siempre» ha sido una de las frases más utilizadas por Chaves durante la campaña, con la que ha pedido el voto a la población y que le ha servido para criticar a los partidos de más trayectoria en el país.
Este candidato también se ha caracterizado por su confrontación constante con la prensa a la que ha señalado de ser parcializada.
Aunque se ha presentado como «un defensor a ultranza de la libertad de prensa» y tiene como portavoz y diputada electa a la reconocida periodista retirada Pilar Cisneros, Chaves ha lanzado contra medios de comunicación epítetos como «canallas», «mentirosos» y «hazmerreír».
La molestia de Chaves se centra en reportajes de medios de comunicación sobre un fideicomiso privado que habría financiado gastos de su campaña, lo cual sería ilegal.
El financiamiento del candidato ha estado en el ojo del huracán y al fideicomiso se ha sumado una cuenta bancaria de una exasistente suya, por la que se movieron 195.000 dólares para la campaña, según un reportaje del diario La Nación
La legislación obliga a que los dineros de las campañas se movilicen a través de las cuentas bancarias de los partidos políticos.
La prensa local y también medios de Estados Unidos han informado sobre las denuncias de acoso sexual que fueron interpuestas contra Chaves por funcionarias del Banco Mundial cuando él se desempeñaba como economista de esa entidad y por las que se aplicaron sanciones internas.
El candidato ha insistido en que los hechos denunciados nunca ocurrieron y que todo fue un «malentendido» por parte de sus compañeras.
Después de su paso por el Banco Mundial, Chaves fue ministro de Hacienda de Costa Rica entre diciembre de 2019 y mayo de 2020 en el actual Gobierno del presidente Carlos Alvarado.
Chaves trabajó más de 20 años en diversos cargos del Banco Mundial como director sectorial de reducción de la pobreza, reforma del sector público y gestión económica para América Latina y el Caribe; así como director país de Indonesia.