Desde las manifestaciones antigubernamentales que estallaron en abril de 2018, Nicaragua vive una crisis sociopolítica que se ha acentuado en el presente año electoral.
Por EFE
La nacionalización como nicaragüense del expresidente salvadoreño Salvador Sánchez Cerén, prófugo de la Justicia de su país, ha causado roces entre Nicaragua y El Salvador, según una carta enviada por el canciller nicaragüense, Denis Moncada, a su homóloga Alejandra Hill, divulgada este lunes.
«Hemos recibido su carta de hoy (ayer) que consideramos inaceptable puesto que usted se refiere en términos ofensivos e insultantes a ciudadanos nicaragüenses por nacionalización, derecho que tienen todos los Estados civilizados del mundo», dijo Moncada a Hill, en defensa de Sánchez Cerén y del también expresidente salvadoreño prófugo y nacionalizado nicaragüense Mauricio Funes.
El Gobierno de Nicaragua no reveló el contenido de la carta de Hill, sin embargo, en su respuesta, Moncada afirmó que la canciller salvadoreña «se ha entrometido en asuntos internos de nuestra Nicaragua».
Según Moncada, Hill hizo «ostentación de su condición de canciller de El Salvador, presiones y reclamos por la situación de indagado e investigado por traición a la patria, lavado de dinero y otros delitos, de su excónyuge, el ciudadano Arturo Cruz Sequeira».
Cruz es uno de siete aspirantes a la Presidencia de la oposición detenidos en medio de una ola de arrestos contra dirigentes y líderes opositores que comenzó el 28 de mayo pasado, y que ha llevado a prisión a más de 30 personas, cuando faltan tres meses para las elecciones en las que el presidente Daniel Ortega buscará su tercera reelección consecutiva.
LA ACUSA DE MEZCLAR INTERESES PERSONALES
El canciller nicaragüense acusó a su homóloga de realizar «presiones, amenazas y chantajes (que) se han extendido al ámbito del Sica (Sistema de la Integración Centroamericana), cuya Secretaría General corresponde por derecho a Nicaragua, impidiendo usted con conductas personales, inapropiadas, incorrectas e ilegales, el consenso reglamentario, en flagrante violación del Tratado de Tegucigalpa».
La elección del secretario general del Sica se mantiene inconclusa debido a que los países de la región no han aceptado la terna propuesta por Nicaragua, compuesta por representantes sandinistas.
Moncada también señaló a Hill de «mezclar intereses personales, chantajear, amenazar y obstruir la gestión entre Estados, por motivos ajenos a su representación oficial, (lo que) constituye un delito de usurpación que debe ser investigado en su país. Usted bien sabe a qué nos referimos».
El canciller sostuvo que Hill ha exigido «inaceptables preferencias para su excónyuge Cruz y que «ha llegado incluso a ‘amenazar’ con involucrar a los Estados Unidos en estos asuntos que son de soberanía nacional de Nicaragua».
«Eso constituye una insólita e injustificable injerencia en nuestros asuntos», agregó.
CON «TECHO DE VIDRIO»
«Señora canciller: Cuando hay techo de vidrio, lo inteligente es no lanzar piedras», continuó.
Moncada dijo estar seguro de que «el Estado salvadoreño abrirá la investigación correspondiente por estos delitos, en tanto abuso de poder, amenazas, intimidaciones, chantajes y extralimitaciones, incluyendo la jactanciosa referencia a sus propios vínculos con Gobiernos extrarregionales buscando, precisamente, presionar para lograr sus objetivos injerencistas».
Al finalizar, Moncada resaltó que la canciller salvadoreña incurrió en «delitos por los que su exesposo (Cruz) es sujeto de investigación judicial en Nicaragua».
Desde las manifestaciones antigubernamentales que estallaron en abril de 2018, Nicaragua vive una crisis sociopolítica que se ha acentuado en el presente año electoral.
En las elecciones del 7 de noviembre próximo Ortega se jugará 42 años de dominio casi absoluto de la política nicaragüense.