Panamá pasó de recibir 800 migrantes en enero de este año, a 30.000 el mes pasado.
Por EFE
El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, advirtió este miércoles ante la Asamblea General de la ONU de la extrema gravedad de los problemas de la migración y la crisis climática, pidió un esfuerzo conjunto y decidido a la comunidad internacional para enfrentarlos y puso a su país como ejemplo a seguir.
«Panamá está haciendo su parte», dijo varias veces Cortizo y aunque admitió y subrayo que su país «tiene recursos limitados».
El jefe del Estado panameño, en alusión a la actual crisis migratoria que sufre el continente americano y especialmente su propio país, apeló «a la comunidad internacional para hacer, lo más pronto posible, un esfuerzo conjunto, con estrategias coordinadas y recursos para anticipar una crisis humanitaria regional de graves proporciones; esto es una responsabilidad de todos».
«Panamá pasó de recibir 800 migrantes en enero de este año, a 30.000 el mes pasado», reveló y explicó que «la mayoría de estos migrantes, provenientes del Caribe y África, vienen de recorrer varios países en condiciones difíciles».
«Nuestro país -aseguró-, de manera responsable, respetuoso de los derechos humanos, brinda un trato digno a estos migrantes y les ofrece, por primera vez en su travesía, albergue temporal, asistencia médica y alimentación; a estas tareas dedicamos una parte importante de nuestros limitados recursos».
De esta menera, Cortizo se refirió a los miles de migrantes, mayoritariamente haitianos, que han perdido sus trabajos en varios países de Suramérica y llegan a Panamá, tras cruzar desde Colombia la peligrosa selva del Darién para intentar llegar a Estados Unidos tras recorrer Centroamérica y México, muchas veces víctimas de organizaciones criminales de trata de personas.
Además del problema de la migración, el gobernante panameño consideró que «el desafío más grande que nos queda por enfrentar, después de la pandemia, es el cambio climático; todos los grandes problemas que afronta nuestro planeta están relacionados con el cambio climático.».
¿Qué más necesitan los dirigentes del mundo para entender esta dramática realidad?, se preguntó Cortizo y repitió enfáticamente la pregunta ante todos los líderes del mundo reunidos en la 76 Asamblea General de la ONU.
«También en este tema, Panamá está haciendo su parte», según el jefe de Estado, quien sostuvo que su nación es «uno de los tres países del mundo clasificado como carbono negativo» y «Líder Mundial Azul, cumpliendo con la Iniciativa 30×30 de proteger el 30 % de nuestros océanos, meta que alcanzamos 9 años antes de la fecha fijada para el 2030», siendo a la vez el que dispone de «mejor conectividad marítima y aérea de América Latina y el Caribe».
Pero «en este país de tránsito con vocación logística, hemos entendido que lo que es bueno para el planeta es bueno para la economía». agregó.
Respecto a la pandemia en curso, Cortizo comentó que «su paso nos ha revelado en toda su crudeza, las profundas desigualdades de nuestras sociedades, no solo a nivel regional, sino también global».
«La pandemia -opinó- ha puesto en evidencia que en el mundo interconectado de hoy, el único camino para la supervivencia de la humanidad debe ser guiado por la solidaridad».
En este caso, el gobernante volvió a poner a su país como ejemplo por el éxito, según él avalado por organismos internacionales, del programa de vacunación y los planes aplicados para luchar contra la pobreza y las necesidades generales suscitadas por la pandemia.
E igualmente, en materia puramente política, señaló que «Panamá apostó a construir un futuro sostenible e inclusivo, y para ello, aún en medio de la pandemia, convocamos a un diálogo nacional con el propósito de tomar decisiones acertadas que perduren más allá de un periodo de Gobierno».
Finalmente, dijo que «Panamá se ofrece una vez más como puente para aproximar a las naciones, buscar soluciones comunes a los problemas y enfrentar los desafíos regionales y globales. Podemos hacerlo, con una hoja de ruta marcada por la solidaridad y el respeto por los derechos humanos».
Y aseguró que «podemos hacerlo, a través del diálogo amplio y honesto, enfocando el esfuerzo internacional en mantener la paz social, en dotar de las vacunas necesarias a todos los países, para salvar vidas, preservar la salud y encaminarnos todos, lo más pronto posible, a la recuperación económica global. Para todos estos grandes retos, el futuro es ahora.
«Panamá está haciendo su parte», subrayó una vez más para cerrar su discurso de 14 minutos.