La victoria de Petro también causó reacciones en la oposición de Nicaragua.
Por EFE
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, saludó al político Gustavo Petro, por su victoria en la segunda vuelta presidencial de este domingo, en la que fue elegido como presidente de Colombia.
“Con todo respeto y mucho cariño a su pueblo, saludamos su victoria electoral de hoy 19 de junio”, escribió Ortega —quien ha calificado a Colombia de ser un “narcoestado”— en un mensaje a Petro.
Tras conseguir el 50,45 % del total de votos, frente al 47,30 % de su rival, Rodolfo Hernández, Petro se convirtió en el primer aspirante de izquierda en ganar unas elecciones presidenciales en Colombia.
“Que en nuestra América caribeña sigamos fortaleciendo una historia como nuestros pueblos esperan y merecen”, refirió Ortega, en su carta al presidente electo de Colombia, que también fue firmada por su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
La victoria de Petro también causó reacciones en la oposición de Nicaragua.
Un conglomerado de más de 20 organizaciones opositoras nicaragüenses, tanto dentro del país como en el exilio, felicitaron a Petro, y lo llamaron “a continuar con su posición crítica hacia la dictadura de Ortega y Murillo, a seguir con sus esfuerzos a favor de la liberación inmediata de las más de 180 personas presas políticas y apoyar el restablecimiento de la democracia en Nicaragua”.
En noviembre pasado, luego de que Ortega y Murillo fueron reelegidos como presidente y vicepresidenta de Nicaragua con sus rivales en prisión o en el exilio, Petro afirmó que “eso no es democracia”.
Las organizaciones opositoras, entre las que se encuentra la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, grupos de excarcelados políticos, exiliados, víctimas de ataques armados, entre otras, dijeron confiar en que Petro, “desde su posición como presidente de Colombia, continuará con sus esfuerzos a favor de la democracia y de los derechos humanos en Nicaragua”.
Desde 2018, Nicaragua permanece en una crisis sociopolítica, que en su primer año dejó al menos 355 muertos, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de los cuales Ortega ha reconocido 200.