Panamá enfrenta una serie de incertidumbres sociales, que lo llevan a tener unas perspectivas de bajo crecimiento económico.
Por La Estrella
El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo las estimaciones de crecimiento económico a once países de América Latina y el Caribe (ALC), en su última revisión publicada esta semana.
En su orden respectivo, el listado de los países de la región con menor perspectiva de crecimiento para este año, lo lidera Ecuador (0,1%), seguido de Aruba y Colombia (1,1%), Bolivia (1,6%), Jamaica (1,8%), Chile (2,0%), México (2,4%), Trinidad y Tobago y Santa Lucía (2,4%), Panamá y Perú (2,5%).
Mientras que en mejor posición se ubicó Guyana (33,9%), Antigua y Barbuda (6,1%), República Dominicana (5,4%), San Vicente y Las Granadinas (5,3%), Saint Kitts y Nevis (4,7%) y Dominica (4,6%).
De manera general, el FMI informó que la economía de ALC crecerá menos que otras regiones del mundo, con un comportamiento de 2,0%, para 2024.
Según el pronóstico de base, la economía mundial continuará creciendo un 3,2% en 2024 y 2025, al mismo ritmo que en 2023. Prevé, además, que una ligera aceleración en las economías avanzadas —de 1,6% en 2023 a 1,7% en 2024 y 1,8% en 2025— quedará compensada por una leve ralentización en las economías emergentes y en desarrollo, de 4,3% en 2023 a 4,2% en 2024 y 2025.
De acuerdo con el FMI, la proyección de crecimiento mundial a cinco años, es de 3,1%, la menor de las últimas décadas.
También prevé que la inflación mundial descienda de manera constante, de 6,8% en 2023 a 5,9% en 2024 y 4,5% en 2025, y que las economías avanzadas alcancen sus metas de inflación antes que las emergentes y en desarrollo. En general, se proyecta que la inflación subyacente descienda más gradualmente.
Factores que influyen en el crecimiento
En su revisión, el FMI valoró que, en general, el crecimiento económico de los países es históricamente “lento”, debido a factores a corto plazo, como los costos de endeudamiento todavía elevados y el retiro del respaldo fiscal, los efectos a más largo plazo de la pandemia de la covid-19, la invasión rusa a Ucrania, el débil crecimiento de la productividad y el aumento de la fragmentación geoeconómica.
Mientras que para Panamá, la reducción de su crecimiento, a 2,5%, no son nada alentadores, tras las serias dificultades fiscales y económicas para este año, como consecuencia del cierre “abrupto” de la mina Cobre Panamá, dijo recientemente, el personal técnico del FMI, durante una visita oficial al país, el pasado 20 de febrero de 2024, en la que ya vislumbraban los desafíos para el Estado.
En sus conclusiones, el personal técnico del FMI estimó que como resultado del cierre de la mina, el crecimiento del PIB de Panamá disminuiría a 2,5% en 2024, antes de mejorar gradualmente en el mediano plazo, ya que no se espera que la desaceleración sea generalizada, sino que refleje el cierre de una minera que contribuía, directa e indirectamente, con alrededor del 5% del PIB.
También advirtieron que el cierre de la mina implica la pérdida permanente de alrededor del 0,6% del PIB en ingresos fiscales y el 7,5% de las exportaciones de bienes y servicios.
Asimismo estimaron que la inflación se mantendría baja a finales de 2024, por el orden de 2,2% interanual, y en alrededor del 2,0% en los años venideros.
Según el personal técnico del FMI, las perspectivas económicas a corto plazo están sujetas a un “alto grado de incertidumbre” y la balanza de riesgos se inclina a la baja con el tema de la mina, entre los que se incluye la pérdida del grado de inversión, nuevos disturbios sociales, más secuelas por el cierre de Cobre Panamá y una sequía más prolongada de lo esperado, que podría reducir los ingresos de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y sus contribuciones al gobierno.
A mediano plazo creen que las reclamaciones del arbitraje minero representarán un riesgo importante para las finanzas públicas; y que el PIB crezca 4%, mientras que el déficit en cuenta corriente se estima en torno al 2% del PIB.
La semana pasada, el Banco Mundial también proyectó que la economía de Panamá solamente crecerá 2,5%, un escenario que lo pone junto a El Salvador, como los dos países que tendrán menor crecimientos en Centroamérica, para este año.
Ernesto Revilla, economista en jefe para América Latina de Citi, en una entrevista con este medio reconoció que Panamá ha venido pasando una serie de choques negativos sobre el crecimiento económico, a raíz de temas como la reducción de la calificación de grado de inversión, el fenómeno de El Niño, la crisis hídrica del Canal, la migración, la incertidumbre del cambio de gobierno y las políticas que el siguiente gobierno tendrá que realizar para salvar la confianza fiscal.
Revilla cree que Panamá está en una encrucijada en donde hay focos amarillos sobre ciertos temas, en los que, por ejemplo, las calificadoras internacionales pusieron atención, como es el tema fiscal. Aún así, aseguró que “el país tiene grandes oportunidades de hacer ajustes y poder retomar las sendas del crecimiento sostenido y de las finanzas públicas sustentable”. Sin embargo, reconoció que “el nivel de incertidumbre es mayor de lo que hemos encontrado en otras ocasiones. Es por justa razón por la que muchos inversionistas tienen la atención sobre Panamá””, concluyó.