A juicio de Núñez, Ortega y Murillo encaminan a Nicaragua a un «aislamiento total» de la mayoría de la comunidad internacional.
Por EFE
El presidente de Nicaragua, el sandinista Daniel Ortega, fue reelegido para su quinto mandato de cinco años y cuarto consecutivo en los comicios generales de este domingo, pero no ha logrado el reconocimiento de la mayoría de la comunidad internacional que este lunes desconoció ese proceso.
Alemania, Colombia, Costa Rica, Chile, España, Estados Unidos, Panamá, Reino Unido, la Unión Europea (UE) y Uruguay fueron los primeros en desconocer los comicios nicaragüenses por falta de garantías y falta de competencia ante los arrestos de siete aspirantes a candidatos a la Presidencia por la oposición previo a las votaciones.
Mientras países aliados de Nicaragua, como Bolivia, Cuba, Irán, Rusia y Venezuela, felicitaron a Ortega por su «legítima» reelección.
OPOSICIÓN: ES ILEGÍTIMO
Para el dirigente de la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco de Nicaragua, Juan Diego Barberena, «el régimen es ilegítimo, no solamente porque ha desprovisto todos los elementos para considerar democráticas las elecciones, sino también porque ya no tiene capacidad de resolver los problemas de los nicaragüenses».
Ortega obtuvo el 74,99 % de los votos con el 49,25 % de las urnas escrutadas, con lo que garantiza su tercera reelección consecutiva y segunda junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, de acuerdo con los datos del Consejo Supremo Electoral (CSE).
Las cifras oficiales fijaron en el 65,34 % la participación en la jornada, lo que contrasta con cálculos independientes, que situaron la abstención en algo más del 80 por ciento.
Para Eliseo Núñez, un analista político nicaragüense de tendencia liberal, la pareja gobernante de Nicaragua tiene ahora, luego de los cuestionados comicios, «un problema de credibilidad serio».
«Trataron de poner la mejor cara posible, pero la cara de Rosario (Murillo) en la conferencia de ayer, lo decía todo. Ella sabía lo que estaba pasando», dijo a Efe Núñez, quien se encuentra exiliado en Costa Rica.
ORTEGA OFRECERÁ DIÁLOGO A EMPRESARIOS
A juicio de Núñez, Ortega y Murillo encaminan a Nicaragua a un «aislamiento total» de la mayoría de la comunidad internacional.
«Básicamente Ortega ha querido crear un mundo alternativo al margen de lo que sucede en el resto del planeta, y no se da cuenta de que ese mundo sólo existe para él y su gente. El resto del mundo ni le cree, ni lo quiere», sostuvo Núñez.
Tanto Barberena como Núñez coincidieron en que el próximo movimiento de Ortega será buscar la legitimidad de su Gobierno en negociaciones, sobretodo con los empresarios, sin embargo podría enfrentar obstáculos.
«Desde ya rechazamos cualquier maniobra de la dictadura tendiente a procurar legitimidad mediante un diálogo hecho a su medida, con fuerzas políticas y sectores económicos. Quienes se presten a esa otra farsa, solo estarán haciendo el juego a un régimen espurio», señaló la Unidad Nacional Azul y Blanco.
«UN RÉGIMEN AUTOCRÁTICO»
Para la UE, la falta de «legitimidad» en unas elecciones «sin garantías democráticas» convierten al país en un «régimen autocrático».
Además, pidió la liberación de los «presos políticos» y que «devuelva la soberanía de Nicaragua al pueblo nicaragüense».
«No se pueden llamar elecciones», porque «han sido una burla», dijo el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien además exigió la liberación de los opositores y periodistas detenidos en Nicaragua.
Organismos como Amnistía Internacional y el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), junto con cuatro exdignatarios latinoamericanos, se sumaron al rechazo.
«Hemos sido testigos del desarrollo de la trama de una historia de terror en el país» dijo la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara-Rosas, en un comunicado.
IDEA, junto con los expresidentes Fernando Henrique Cardoso, de Brasil; Laura Chinchilla, de Costa Rica; Ricardo Lagos, de Chile; Juan Manuel Santos, de Colombia, y el exvicepresidente de Costa Rica Kevin Casas, solicitaron el aislamiento de Ortega y a la aplicación de la Carta Democrática Interamericana.