La OCDE pide que los gobiernos consideren aumentar el salario mínimo para mantener el poder adquisitivo de los trabajadores con las remuneraciones más bajas.
Por EFE
La OCDE considera que los gobiernos deben contemplar revalorizar el salario mínimo al nivel de la inflación en favor de las personas con bajos recursos, que son las que están sufriendo más la escalada de la inflación.
En su informe anual de Perspectivas del Empleo publicado este viernes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pone el acento en que el fuerte incremento de los precios de la energía y los alimentos corre el riesgo de reducir «de forma desproporcionada» el poder adquisitivo de esos grupos.
Además, son los mismos que ya se vieron más expuestos en la crisis de la covid, bien por tener empleos de primera línea imprescindibles para mantener la actividad, y para los que no había alternativa de teletrabajo, bien por haber estado menos cubiertos por los dispositivos de protección públicos.
Para ilustrar ese efecto desigual, la OCDE señala que en los seis mayores países europeos el impacto de esas subidas entre abril de 2021 y abril de 2022 para el 20 % de la población con menos ingresos fue alrededor de un 50 % superior que para el 20 % más rico.
«Si no se compensa, el choque de la inflación podría ser particularmente severo para los más desfavorecidos», señala el director del departamento de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales, Stefano Scarpetta.
REVALORIZACIÓN AUTOMÁTICA O REGULAR DEL SALARIO MÍNIMO
Por eso la OCDE pide que los gobiernos consideren aumentar el salario mínimo para mantener el poder adquisitivo de los trabajadores con las remuneraciones más bajas.
Cuando no existe un mecanismo de revalorización automática con la inflación, como en Francia o Bélgica, deberían hacerse ajustes regulares porque -insiste- en el contexto actual de alta inflación se corre el riesgo de que sufran un significativo deterioro de las condiciones de vida.
Más allá de los receptores del salario mínimo, lo ideal para los autores del informe sería que hubiera negociaciones colectivas en los que estuvieran implicados gobiernos, empleados y empresas para compartir de forma justa el impacto del incremento de los precios.
Presentan como modelo el acuerdo alcanzado en el sector químico de Alemania, que ha supuesto un cheque de 1.400 euros para todos los trabajadores, al margen de su categoría profesional, y el aplazamiento de la negociación sobre la subida salarial hasta octubre, con la esperanza de que para entonces habrá más certidumbre sobre la evolución económica.
En cuanto a las medidas para compensar el incremento de los costos de la energía, la OCDE entiende que la urgencia de la situación ha podido justificar que los dispositivos en un primer momento hayan sido generales para todos los consumidores y empresas al margen de su situación, pero hay que corregir el tiro.
AYUDAS MÁS SELECTIVAS
Ahora se trata de dar ayudas selectivas y centradas en los más necesitados por razones económicas (el costo abrumador para las finanzas públicas de los mecanismos indiscriminados), pero también porque mantenerlas acabaría por distorsionar los objetivos para disminuir las emisiones causantes del calentamiento global.
La OCDE hace notar que reconectar con el mundo del trabajo a las personas con menos cualificaciones y a otros grupos vulnerables «es una de las formas más efectivas para preservar su nivel de vida».
Constata que en términos generales los mercados laborales de sus países miembros están viviendo una situación inédita por los problemas de las empresas de muchos sectores para encontrar trabajadores.
ESCASEZ DE MANO DE OBRA
Esa escasez de mano de obra ha tenido consecuencias para la producción en el primer trimestre en casi un 30 % de las compañías de la UE de manufacturas y servicios. La situación es mucho más exagerada en Estados Unidos, donde en julio las empresas tenían once millones de demandas de empleo en un país en el que oficialmente hay menos de seis millones de parados.
Eso genera presiones sobre los salarios, y así en Estados Unidos y en el Reino Unido los aumentos anuales registrados en el primer trimestre eran del 5 %, mientras en la zona euro fueron del 3 %.
Pero son cifras netamente inferiores a las de la inflación, y la OCDE cree que lo seguirán siendo. Es decir, que la pérdida de poder adquisitivo que ya se venía observando en los tres últimos meses de 2021 va a continuar este año.