La inclusión de más mujeres depende de acciones consistentes.
Por Joelma Gouveia, vicepresidenta de Cadena de Suministro en Kimberly-Clark América Latina.
Es un placer para mí hablar sobre estrategias para incluir más mujeres en el mercado laboral. Soy mujer, madre de una niña y prácticamente una excepción en mi área de trabajo. Además, creo en la importancia de más oportunidades y el potencial en tener más mujeres ocupando puestos de liderazgo.
Hoy soy la líder regional del área de cadena de suministro en Kimberly-Clark, una empresa multinacional de bienes de consumo. Fui la primera mujer en ocupar esta posición en los casi 150 años de historia de la compañía. Y no es la única vez que esto me ocurre. A lo largo de mi carrera, en varias ocasiones fui la única o la primera mujer en ocupar un cargo de liderazgo.
Sin duda, me siento orgullosa por lo que he conquistado e, incluso, motivada a traer más diversidad en el sector de logística y producción, haciendo un ambiente de trabajo más rico y plural.
Yo sé que las mujeres son capaces de hacer la diferencia, principalmente cuando entran en áreas tradicionalmente ocupadas por hombres, como es mi caso. Si yo fui capaz de nadar contra la corriente para ocupar mi lugar, hoy quiero ser una motivadora que impulsa una nueva marea de mujeres líderes.
Por eso, hoy comparto lo que creo que es una excelente fórmula para conquistar un mayor equilibrio entre hombres y mujeres:
Menos prejuicios. Las mujeres son tan capaces como los hombres. Es vital ofrecer entrenamientos para ayudar a su equipo a identificar oportunidades y traer temas de inclusión y diversidad para discutir en grupo. En Kimberly-Clark, por ejemplo, constantemente promovemos conversaciones entre nuestros líderes y colaboradores para que todos sean conscientes sobre la importancia de este tema. También, organizamos cada año, a nivel global, una campaña durante toda una semana con contenidos sobre inclusión y diversidad que difundimos en los diferentes canales de comunicación de la empresa. La igualdad de género es parte de la agenda y, precisamente, esos momentos de inmersión son esenciales para los alineamientos de cultura.
Dividir conocimiento. Explorar el potencial también exige inversión en entrenamientos y capacitaciones para nuestros profesionales. En el caso de Kimberly-Clark, ofrecemos soporte continuo para la capacitación de los colaboradores. Desde el 2018, promovemos un programa llamado Supply Chain University, en colaboración con Accenture Academy, que proporciona acceso a más de 1.300 cursos sobre temas como seguridad, calidad, compras y logística. El objetivo el incentivar el desarrollo de carrera y solidificar las habilidades de liderazgo en nuestros equipos.
Multiplicar acciones. Sí, lo sabemos. Cambiar estándares exige el doble o el triple de trabajo. Entonces, es fundamental que las compañías también promuevan iniciativas centradas específicamente en el desarrollo profesional de las mujeres. Kimberly-Clark ha promovido políticas concretas de contratación para aumentar la representación femenina entre sus colaboradores. En el 2019, lanzamos como proyecto piloto en Brasil, Argentina y Colombia el programa Women Proactive Sourcing, para buscar candidatas para los procesos selectivos de las áreas comerciales y de operaciones, con el objetivo de crear un banco de talentos femeninos. Después de mapear más de 200 profesionales, ese esfuerzo en América Latina nos ayudó a contratar cuatro veces más mujeres que hombres para nuestro sector de cadena de suministro en la región, entre 2019 y 2020. El programa fue tan efectivo que ahora vamos a expandirlo también a Costa Rica, Perú y Chile.
La inclusión de más mujeres depende de acciones consistentes, pero cuando también ejecutamos las tres enseñanzas que acabo de compartir, los beneficios se ven multiplicados. Invertir en este tipo de acciones es la fórmula perfecta para caminar rumbo a la equidad de género y conquistar un ambiente de trabajo más diverso, inclusivo e igualitario para todos.